Se celebra hoy, 19 de abril, el día del Patrono de las Causas Justas y Urgentes. En el Santuario dedicado al santo, en la Parroquia Nuestra Señora de Balvanera, cientos de peregrinos llegan y se congregan para dar gracias y pedir por sus necesidades.

Con la intención de pedir especialmente unidad y paz para las familias, comunidades y todo el país, se celebra la memoria del santo de las causas justas y urgentes.

En un desfile interminable de personas que se acercan a la imagen de San Expedito, pidiendo o agradeciendo, hay adultos mayores, niños, familias enteras y cientos de personas que con gran devoción llegan hasta el Santuario en el barrio porteño de Balvanera.

Durante todo el día se realizan bendiciones y confesiones en el templo y en el atrio del santuario. Además, se celebrarán, a lo largo de todo el día, 8 misas que son presididas por el obispos auxiliares de la arquidiócesis. En la celebración de las 12hs, Mons. Gustavo Carrara se refirió a la alegría que produce la celebración y a la necesidad de seguir a Jesús HOY.

«Hoy San Expedito, santo y amigo, es el oído de Dios y nos escucha con las cosas que no pueden esperar. Pidamos por la unidad, la fraternidad y la amistad social», dijo el obispo auxiliar durante su homilía. «En nuestras comunidades tenemos la necesidad de cuidar a los más frágiles, porque cuidando a los demás, nuestras propias heridas se van curando».

Tanto dentro del templo, como en la calle donde se celebran las misas, los peregrinos viven con fervor la fe de «su» santo, como lo llaman. Sol, que llegó desde Canning, compartió su testimonio sobre la cercanía con la que siente la presencia de San Expedito en su vida: «Tanto en la enfermedad de mi mamá, que hace años viene luchando y él nunca nos dejó solas; como ahora que vengo para pedirle algo para mí, muy especial. Para que si es la voluntad de Dios se cumpla».

En las más de 4 cuadras de cola para poder ingresar a venerar la imagen del santo, los peregrinos coinciden en su veneración y cercanía con San Expedito, como es el caso de Sonia, de San Justo, que es la primera vez que pudo acercarse hasta el Santuario y lloraba de emoción por este regalo de su hijo, que fue quien la acompañó.

Nadia y Juan, que llegaron desde Lomas de Zamora e Isidro Casanova respectivamente, vinieron «a dar gracias, por la salud y porque no nos falta nada». Margarita de Jesús, que está en Buenos Aires por estudios médicos, profesa su devoción en Formosa, desde hace más de 12 años cuando estuvo en terapia intensiva y San Expedito intercedió por ella.

Cientos de personas, cientos de historias de fe y devoción para el santo popular que acompaña y sostiene en las causas urgentes siendo, como dijo Mons. Carrara «el oído de Dios».