La comunidad del Hospital Materno Infantil Sardá celebró la Santa Misa el pasado 19 de diciembre en un clima de alegría y profunda emoción. Allí estuvo presidiendo la celebración el Arzobispo de Buenos Aires, Mons. García Cuerva en el marco de los 90º años del Hospital Materno Infantil Sardá. También, estuvieron las cámaras de Orbe 21 y captaron la felicidad de compartir en comunidad.
En su homilía Mons. García Cuerva, a la luz del Evangelio destacó: «Tenemos que descubrir que el otro es mi hermano, poder mirarnos a los ojos y no ver en el otro un potencial enemigo o adversario, sino ver un hermano que piensa distinto. Ustedes habrán ido forjando comunidad, forjando esa familia de gente distinta pero buena gente, de gente distinta pero que trata de hacer el bien, de gente distinta y que ayuda a forjar la vida. Porque en definitiva, si hay un lugar en el que uno termina diciendo `evidentemente Dios existe, es en una maternidad, ustedes son testigos del milagro de la vida todo el tiempo, todo el tiempo´».
Contemplando el punto de hacer el bien, reflexionó: «Quiero pedirles que sigan siendo buena gente. No porque lo pido yo, sino porque nos hace mucho bien. Le hacen mucho bien a una sociedad competitiva, a una sociedad donde se quiere matar la vida tantas veces y de tantas maneras, donde la vida más vulnerable y más frágil a veces no es cuidada».
Con respecto al aniversario de los 90 años de vida del hospital mencionó: «Le damos gracias a Dios por estos 90 años, por toda la gente que habrá pasado por esta maternidad, por todas las mamás, las familias, los bebés, por los que están en este momento internados o están aquí en la clínica, en el sanatorio, en la maternidad, y por cada uno de ustedes, por sus familias, para que en esta Navidad también el Niño Dios haga el milagro en tu corazón».
Contemplando el pesebre mencionó: «Cuando uno mira el pesebre, uno se imagina un lugar romántico, se imagina las imágenes de cerámica o de yeso, donde está José, María, el Niño. Y en realidad, el pesebre debe haber sido un lugar que ustedes saben mejor que yo, no muy digno para tener un hijo».
Para concluir con su alocución por los 90º años del Hospital Materno Infantil Sardá subrayó: «Seguramente parte de tu vida y de tu corazón que te da vergüenza, que te da dolor, que te da tristeza. Pedile al niño que nazca ahí. Pedile al niño que haga el milagro ahí. Porque el niño Jesús nace para hacer cosas nuevas. Por eso creo que se merece también que el niño nazca entonces haciendo el milagro en tu propio corazón, en tu propia vida. Que Dios les diga gracias por todo, sigan siendo buena gente, ayuden a seguir cuidando la vida frágil y vulnerable, sigan siendo testigos de que hay un Dios que hace el milagro de la vida todos los días».