La Iglesia porteña celebró la Solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo en la tarde de ayer, con una misa en la Catedral Metropolitana presidida por el Nuncio Apostólico, Mons. Miroslaw Adamczyk.

En la homilía a cargo del cardenal Mario Poli, reflexionó sobre el legado de los apóstoles Pedro y Pablo a la Iglesia, de quienes «Dios se valió para escribir la historia de amor y salvación que llega hasta nosotros con toda su vitalidad en la persona del Romano Pontífice», recordó el Cardenal.

Sobre el Evangelio de San Juan que guía esta fiesta, Poli destacó el último diálogo íntimo de Jesús con el apóstol Pedro «Todo parece indicar que el Señor tuvo en cuenta aquella inspirada revelación en Cesarea de Filipo, cuando el apóstol declaró: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» (Mt 16.16); y sobre esa fe fundó su Iglesia.»

Además, en la homilía recordó que desde ese día en que Pedro selló su promesa de entrega y amor, aceptando la tarea de pastor de la Iglesia , «desde entonces la Cruz estará unida al ministerio del papado».

La Solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, celebra también al sucesor de la cátedra de San Pedro «Hoy nos adherimos fervorosamente a toda la Iglesia para rezar por el papa Francisco, y deseamos renovar nuestra fidelidad a quien carga sobre sus hombros de buen pastor la comunidad universal de fieles».

El Cardenal repasó y agradeció la tarea del Papá Francisco en sus 10 años de pontificado, desde las encíclicas y exhortaciones a la misión, los jóvenes y la familia, hasta sus viajes y visitas misioneras, «Él nos ha acostumbrado a que toda reflexión tenga su punto de partida en el Evangelio de Jesús, fuente inagotable de sabiduría divina».

Poli, junto a toda la Iglesia porteña, pidió por el Papa Francisco, «nosotros, desde su Patria, lo seguimos encomendando a Nuestra Madre de Luján, para que no le aparte su mirada de ternura, lo siga cuidando y protegiendo bajo su manto.»