El Consejo Pastoral de Protección de la Arquidiócesis de Buenos Aires realizó una Jornada de Formación de prevención del abuso de la que participaron coordinadores de las diferentes comunidades parroquiales, religiosos, religiosas, seminaristas y sacerdotes. El evento se realizó en el Colegio Casa de Jesús, con charlas dictadas por diferentes profesionales que asesoran y acompañan casos de abuso.
Los espacios de formación, los retiros de sanación de las víctimas, y el proyecto de elaboración de un protocolo de prevención realizados por el Consejo Pastoral de Protección, buscan crear espacios seguros en las parroquias, colegios, movimientos y comunidades de la Iglesia. Por eso, la prevención fue uno de los principales temas tratados durante la jornada.
La jornada de formación de prevención del abuso
El día comenzó con un desayuno que recibió a los participantes luego de su acreditación. En el auditorio del Colegio Casa de Jesús, las butacas antiguas de madera se fueron ocupando. El mate, los caramelos, los cuadernos de anotaciones, empezaron a aparecer. Los presentes se prepararon para conversar sobre un tema duro y triste, pero importante y necesario.
Esta jornada en particular se centró en presentar los conceptos principales, y en el abuso sexual infantil. Comenzó con la reflexión de un pasaje del evangelio de San Marcos, la curación de una persona paralizada que, gracias a la fe y la creatividad de sus amigos, puede acercarse a Jesús.
En el primer bloque, dedicado a la formación sobre la dinámica del abuso sexual infantil, la psicóloga Florencia Costa, comenzó con la presentación de las estadísticas de casos conocidos: 1 de cada 4 mujeres, y 1 de cada 10 varones, declara haber sufrido abuso sexual en su infancia.
Las definiciones, las características, los mitos y verdades y las heridas psicológicas de la víctima y su entorno, fueron los principales temas que ocuparon la mañana, además de conocer las fases en las que se desarrolla el abuso sexual infantil, y la posibilidad de detección para que concluya en la protección de las víctimas.
El rol de los terceros es muy importante para neutralizar la dinámica del abuso, por eso, la prevención es la principal clave para: 1) Evitar que un abuso ocurra, 2) Detectar e intervenir si una situación de este estilo está ocurriendo, y 3) Acompañar la sanación de las víctimas primarias y secundarias que han sufrido o están sufriendo una realidad de abuso.
La educación, formación y difusión de la realidad del abuso, y la creación de espacios en los que se hable del tema, no sólo ayudaría a que las víctimas se sientan en confianza para dar a conocer su caso, sino que también alertaría a los victimarios de que la Iglesia tiene las herramientas para detectar el daño que está generando y tomar acción contra ello.
El proyecto: un protocolo
El Consejo está desarrollando un protocolo de prevención que busca crear espacios seguros en cada parroquia, colegio, grupo de la Iglesia porteña. Su contenido presenta los principios y valores de la Iglesia frente a la realidad del abuso, las normas a seguir para generar espacios seguros, y recomendaciones para la prevención del abuso, y la protección de las víctimas.
De esta manera, todas las comunidades tendrán a su alcance unas directrices básicas en las que basarse para saber cómo prevenir los casos de abuso en su entorno y cómo proceder al detectar una situación de abuso que esté ocurriendo.
Un camino sinodal
El Consejo Pastoral de Protección está conformado por personas de diversas disciplinas, «una experiencia que refleja la sinodalidad de la Iglesia, un camino que recorremos juntos, en el trabajo interdisciplinario, en lo que aporta cada uno, en el valor de la escucha. La escucha siempre primero», dijo el Obispo José María Baliña
La realidad del abuso en la sociedad es un tema que se debe conversar, que se debe conocer y para la que es necesaria la formación y la prevención. «Es un tiempo de gracia» dijo Baliña, «Una realidad triste y fea, es una cruz, pero Jesús nos enseña que la cruz es la antesala de la vida eterna«, agregó
La Iglesia porteña se ha puesto en marcha para visibilizar los espacios de formación, los procedimientos a seguir y el seguimiento de cada caso para acompañar el proceso de sanación de las heridas que el abuso deja en la víctima primaria, en su familia, su comunidad y su entorno.
La Eucaristía, el centro y la guía del camino
La jornada concluyó con la celebración de la Eucaristía, para pedir por las víctimas de abuso sexual infantil, por una Iglesia cada vez más atenta para detectar y acompañar está realidad. «Creo que esto no está todo terminado, sino que lo vamos haciendo entre todos. Que María nos enseñe a estar dóciles al plan de Dios, que es de salvación, de reparación de este desastre del pecado que nos duele de sólo contemplarlo o escucharlo«, dijo el obispo José María Baliña en la homilía.
El Consejo Pastoral de Prevención está a disposición no sólo para pedir información o presentar un informe (click aquí) frente a situaciones irregulares o de sospecha, sino también para ofrecer formación en próximas jornadas como la de este fin de semana, y espacios de sanación, como el Retiro «Del dolor a la gracia» para víctimas primarias y secundarias de situaciones de abuso (click aquí).