El Cardenal Mario A. Poli celebró la Santa Misa de la Cena del Señor en la Catedral Metropolitana.
Con una iglesia catedral colmada, dio inicio el triduo Pascual con la celebración de la Cena del Señor. Acontecimiento importante para los cristianos por la institución de la eucaristía y el ministerio del sacerdocio.
«La última cena, que fue la primera eucaristía, fue una cena de amigos que se convirtió en algo sublime», dijo Mons. Poli.
Citando al Papa Francisco, el Cardenal sostuvo que, durante esa última cena, «nadie se ganó el puesto, sino que fueron atraídos por el deseo ardiente de Jesús de compartir su pascua, porque Jesús es la pascua».
Para nosotros también, «cada eucaristía es una invitación persuasiva y amistosa». «La iglesia, cómo buena madre, prepara todos los domingos la mesa», sostuvo Poli.
«Cada vez que participamos de la misa y recibimos la comunión nos vamos transformados. Somos atraídos por el amor de Cristo, no por nuestro deseo. Dejémonos atraer por él», nos invitó el Cardenal.
Haciendo referencia a la institución del ministerio sacerdotal, sostuvo que «Jesús nos da el ejemplo para que ‘hagan lo mismo que hice con ustedes'».
Poniéndose al servicio, siendo enviados por Jesús e imitando los gestos del maestro, Mons. Mario A. Poli lavó los pies a 12 feligreses de distintas comunidades de la arquidiócesis.