El padre Luis Dri recibió de manos del Nuncio Apostólico, en la Catedral Metropolitana, la birreta, el anillo y el título cardenalicio. El sacerdote de 96 años es uno de los tres cardenales que nombró el Papa Francisco en territorio argentino.

El pasado 30 de septiembre en Roma el Papa Francisco confirmó a los nuevos cardenales de la Iglesia. De Argentina participaron 2 de los 3 elegidos, se trató de Mons. Víctor Manuel Fernández y Mons. Ángel Sixto Rossi. El tercero, por su avanza edad no pudo asistir, pero hoy recibió de manos del Nuncio Apostólico su título cardenalicio.

El padre Luis Dri, de 96 años, fue homenajeado en la Catedral Metropolitana donde cientos de fieles se reunieron para agradecer el don de su vida y su ministerio, y acompañarlo en este momento tan especial para él y la iglesia arquidiocesana.

El cardenal Dri, que vive en el Santuario de Pompeya, participó de la celebración frente al altar mayor de la Catedral acompañado por un sacerdote que cuidaba sus movimientos. Muy emocionado escuchó la homilía de Mons. Jorge García Cuerva, a quien confiesa a menudo en el Santuario.

Durante su homilía, el nuevo arzobispo de Buenos Aires, mostró cómo la vida del padre Luis es un reflejo del evangelio y la alegría del cristiano. «El Cardenal Dri, en esa mesa sencilla de Pompeya, donde nos hace saborear el manjar suculento de la misericordia divina, también nos muestra que Él es un testimonio vivo de la alegría del resucitado».

Al finalizar sus palabras, Mons. Jorge le regaló, en nombre de todos los presentes, una planta de girasoles. «Al Padre Luis le gustan los girasoles. Dice que siempre buscan la luz del sol, pero en días nublados se miran unos a otros buscando la energía en cada uno del otro. Nos enseñaste a ser como los girasoles, cuando los días son nublados, a mirarnos a los ojos y darnos fuerza», cerró.

Luego de finalizada la celebración religiosa, todos los sacerdotes, obispos y fieles presentes aplaudieron al nuevo cardenal y lo saludaron afectuosamente.