Conversamos con Matías Gabilondo, de la Parroquia Madre de Dios e integrante de distintos coros al servicio de la Arquidiócesis, quien nos cuenta su testimonio acerca del servicio desde la música y su experiencia de Fe que acompaña este don tan importante para las celebraciones litúrgicas.

Matías estudia música, tiene 29 años y colabora en la parroquia San Juan Diego. En su experiencia dentro de la Iglesia, descubrió que la música es sanadora, liberadora y permite profundizar el don para explotarlo al máximo al servicio de los demás. Una de las prioridades del Sínodo habla de alentar a que cada comunidad despliegue un nuevo esfuerzo para crecer en la animación de la celebración litúrgica, para alcanzar una liturgia viva que evidencie la Eucaristía como encuentro gozoso y festivo, y ser comunidades que renuevan el asombro ante el misterio, acogen el don de la comunión fraterna y nutren la misión.

Buscamos ser comunidades que acompañan en las distintas etapas y acontecimientos de la vida acercando la gracia del misterio pascual; comunidades que convocan y acogen a quienes se acercan a nuestras celebraciones, ofreciendo un itinerario de maduración que nos ayude a encontrarnos con Jesús y que culmine en la experiencia silenciosa de lo sagrado, que desemboca en sanación, santidad y misión.