La Vicaría de Flores celebró un Pesebre Viviente que profundizó en el misterio del nacimiento del Niño Dios a través del teatro y la música en la Basílica de San José de Flores. «El teatro nos ayuda a soñar, y la Navidad se trata de eso. Se trata de volver a soñar por un mundo mejor, se trata de volver a soñar los sueños de Dios, se trata de volver a soñar con la fraternidad», dijo el Arzobispo Jorge García Cuerva, que fue uno de los espectadores.
La obra, inspirada en las palabras de Simeón y de Ana, los dos ancianos que esperaban conocer al niño, recordó que Dios elige nacer entre nosotros para renovar nuestra alegría. «Son los dos personajes que, desde el comienzo, dicen ‘Dios no nos va a dejar solos, Dios no nos abandona, Dios siempre está’. Y de eso se trata la Navidad, de que Dios es un enamorado de la humanidad, por eso se hace bebé, por eso quiere compartir toda la vida con nosotros. Qué lindo celebrar en Navidad que Dios se hace uno de nosotros y nos ama con locura», destacó en segundo lugar el García Cuerva.
Un pesebre de esperanza y alegría
La esperanza es un gran signo presente en el pesebre y en la espera paciente y amorosa de Ana y Simeón. «Ellos tenían esperanza, no aflojaban con la esperanza a pesar de las dificultades. Seguían teniendo la esperanza de que el Salvador iba a venir», dijo el padre Jorge, y agregó: «Ojalá nos contagien en esta Navidad, esa esperanza, no la perdamos nunca. Sigamos creyendo que las promesas de Dios se cumplen, porque Dios no miente«.
Por último, el Arzobispo invitó a no perder la alegría del nacimiento de Jesús, «Les propongo a todos que abramos el corazón e imaginemos que es un pesebre. Imaginemos que es una cunita en la que, la Virgen viene y deja al niño Jesús. Dejala a la Virgen apoyar al niño envuelto en pañales en tu vida, en tu corazón, y que haga nuevas todas las cosas».
Soñar grande, recuperar la alegría y la esperanza, para poder «sentir de verdad que Dios nos ama tanto, pero tanto, que vuelve a elegirnos para nacer entre nosotros«, concluyó el Arzobispo antes de dar la bendición a todo el equipo que interpretó el Pesebre Viviente y a los espectadores.