La VI Jornada mundial de los pobres de realizará este domingo, un día en qué le Iglesia de todo el mundo se une en la reflexión y la oración para encontrar la pobreza y la justicia en el corazón del Evangelio.
En un contexto post pandémico y con guerras en diferentes regiones del mundo, el Papa Francisco se lamenta » ¡Cuántos pobres genera la insensatez de la guerra!» en su mensaje por la Jornada mundial de los pobres.
Este año, Francisco recuerda las enseñanzas del Apóstol San Pablo y renueva la invitación «a tener la mirada fija en Jesús, el cual «siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza«.
La realidad social, económica y sanitaria en todo el mundo va encontrando desafíos nuevos que requieren que las comunidades abran sus puertas con generosidad, el tiempo y el agotamiento se empieza a notar, pero el Papa alienta «este es el momento de no ceder y de renovar la motivación inicial«.
La solidaridad y la generosidad en Cristo no es una obligación, sino una entrega voluntaria que no busca el asistencialismo hacia los pobres y débiles, sino que «hace un esfuerzo para que a nadie le falte lo necesario».
La Jornada mundial de los pobres invita a reflexionar sobre esta entrega al necesitado, pero también es un recordatorio de que «hay una pobreza que enriquece».
El Papa explica que «el mensaje de Jesús nos muestra el camino y nos hace descubrir que hay una pobreza que humilla y mata, y hay otra pobreza, la suya, que nos libera y nos hace felices«.
Como Iglesia sinodal, la Arquidiócesis de Buenos Aires busca generar espacios de encuentros con los pobres y los que sufren, para descubrir las pobrezas espirituales de cada uno y reconocer en ellas el poder transformador de la gracia de Jesús.
El dolor compartido es más fácil de sobrellevar, y las riquezas del discernimiento juntos se ven reflejadas en los frutos de comunión, esperanza y amor verdadero y gratuito que todos comienzan a experimentar al unirse como comunidad en Jesús.
Junto al Santo Padre y toda la Iglesia, la Arquidiócesis de Buenos Aires se une en oración para que «esta VI Jornada Mundial de los Pobres se convierta en una oportunidad de gracia, para hacer un examen de conciencia personal y comunitario, y preguntarnos si la pobreza de Jesucristo es nuestra fiel compañera de vida«.