Dentro de los ritos y celebraciones propias de la Semana Santa, se encuentra la tradicional visita a las siete iglesias, donde los fieles acompañan a Jesús en su camino antes de ser condenado a muerte.
Los cristianos desde hace muchos siglos realizan esta práctica de “peregrinar” recorriendo siete iglesias durante la noche del Jueves Santo y la mañana del Viernes Santo, en memoria del recorrido de Jesús antes de cargar con la cruz y caminar hacia el Calvario para morir. En la Ciudad de Buenos Aires el camino de las Siete Iglesias se realiza desde tiempo inmemorial cada Semana Santa.
Desde la Catedral Metropolitana, como parte de las actividades pastorales en esta fiesta tan especial para todos los creyentes, se organizó por intermedio de los seminaristas este recorrido que incluyó las iglesias más antiguas del microcentro porteño.
El camino comenzó frente a la Catedral Primada donde se contempló a Jesús frente a Anás, para continuar con el encuentro ante el Sumo Sacerdote Caifás, hecho que se recordó en la parroquia San Ignacio de Loyola. La marcha continuó por la Basílica San Francisco de Asís, donde se meditó acerca de Jesús ante los sacerdotes, ancianos y escribas.
El Convento de Santo Domingo fue la cuarta iglesia visitada y se rezó en memoria de Jesús frente al tribunal. La primera comparecencia ante Pilato se recordó en la iglesia San Juan Bautista. Ya próximos al final del recorrido, se visitó la parroquia san Miguel Arcángel para contemplar a Cristo ante Herodes.
En la Basílica Nuestra Señora de la Merced, que fue la última iglesia, se recordó a Jesús nuevamente frente a Pilato. La recorrida finalizó donde había comenzado, en la Catedral, rezándole a María, Virgen y Madre medianera de todas las gracias, a quienes los seminaristas pidieron acompañar en su angustia y dolor.