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Fiesta de la Medalla Milagrosa

por prensa_admin

El 27 de noviembre se celebró el día de la Medalla Milagrosa en el Santuario ubicado en Parque Chacabuco. Miles de peregrinos se congregaron a lo largo de todo el día en un clima de alegría y gratitud para pedir y tomar acción de gracias. La Misa central la presidió Mons. García Cuerva quien, a la luz del Evangelio, explicó: “La virgen María creo que tiene tres actitudes que nos está enseñando a cada uno de nosotros, pero también tres actitudes con las que la Virgen María se encuentra con nosotros”. 

Una mirada atenta

“La Virgen está en las bodas de Caná, y de repente se da cuenta que falta el vino. Creo que la mirada de la virgen es una mirada muy atenta, una mirada que sabe interpretar lo que pasa” mencionó y agregó: “Hoy también nosotros nos acercamos a la virgen, a la medalla milagrosa, y no necesitamos poner palabras a lo que nos pasa, porque también hoy la virgen nos mira y ya sabe lo que nos pasa. La virgen hoy sabe interpretar nuestro corazón, también hoy la virgen sabe mirar lo profundo del alma”.

Una actitud orante 

Siguiendo con su reflexión subrayó: “La Virgen enseguida dice a Jesús: `No tienen vino´, es decir, no solamente se queda mirando el problema, sino que tiene una actitud orante. La Virgen reza y le cuenta a Jesús qué es lo que está pasando”. Y añadió: “Hoy me la imagino, la medalla milagrosa, mirándole a los ojos a Jesús y diciéndole, `No tienen paz, no tienen trabajo, no tienen salud, no tienen amigos, no tienen nada que los conforme, que estén bien, que estén en paz. Jesús, están cargados de preocupaciones”. 

Llenen las tinajas 

“Dice después, `Hagan todo lo que Él les diga´ le dice a los sirvientes. La virgen reza por nosotros y le cuenta a Jesús lo que nos pasa, sino que nos dice a nosotros, `Sí, ustedes también pónganse las pilas, hagan lo que Él les diga´. Jesús hoy nos dice que llenemos las tinajas con agua” destacó y dijo: “Yo quería proponerles que cada uno se imagine que su corazón es como una gran tinaja, y hoy lo queremos llenar con las lágrimas de la tristeza con la que vinimos, para que Jesús haga el milagro y nos llevemos el corazón lleno del vino de la alegría”. 

Llenemos las tinajas de nuestro corazón con las lágrimas de la acción de gracias para que también las transforme en el vino de la esperanza, porque si Dios nos ayudó y nos hizo un milagro, confiemos en que lo volverá a hacer y no nos deja solos” remarcó. “Pidámosle, confiar en que María mira lo que nos pasa, su corazón es un corazón atento. Todo lo que ve en nuestra vida se lo cuenta Jesús, y se lo cuenta como madre preocupada por sus hijos. Nos dice que presentemos a Dios nuestro corazón como si fuera una vasija cargada con el agua de la tristeza, de las lágrimas, para que le transforme”. 

Concluida la Eucaristía la comunidad con cientos de peregrinos que se acercaron al Santuario de la Medalla Milagrosa emprendieron una procesión junto a la imagen de la virgen por el barrio mostrando la Fe y esperanza con la que la Iglesia de Buenos Aires peregrina en la ciudad.


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