La comunidad Santa María de Betania celebró su fiesta patronal el pasado 10 de agosto en un clima de alegría y comunión. Allí presidió la Eucaristía Mons. García Cuerva quien, a la luz del Evangelio, mencionó: “Muchas veces se ha hecho una lectura de este Evangelio casi que diciendo que María es la buena y que Marta es la mala. Jesús no critica lo que hace Marta, lo que critica, o en todo caso lo que Jesús le hace notar a Marta, es lo que le provoca a ella todo el trabajo. Marta parece que fuera una porteña como nosotros, Marta vive acelerada”.
“Me parece que cada uno de nosotros, aunque seamos de la comunidad de María de Betania, tenemos que descubrir que tenemos mucho de Marta, no era una mala persona, de hecho es Santa Marta” dijo y agregó: “ Está bueno que podamos descubrir cómo Jesús también hoy a nosotros nos dice `Tranquilos, bajen un cambio, viven muy acelerados, viven a full´. Está bueno escuchar hoy las palabras de Jesús, que no es que le reprocha a Marta todo lo que hace, sino que lo que le dice es Marta, todas tus actividades te están generando ansiedad, acelere, `Te estás poniendo irascible, estás nerviosa´”.
La hospitalidad de Marta y María
Luego subrayó: “Jesús pone a María de Betania en el centro diciendo, ella eligió la mejor parte, porque también en la vida a veces tenemos que saber parar la pelota y tenemos que aprender a escuchar y no pensando qué le voy a responder al que me habló, escuchar con el corazón y la mente abierta” y mencionó “La hospitalidad consiste un poco en esto de María de Betania. Escuchar, de abrir el corazón, de recibir”.
También aclaró: “Estoy seguro que allí se habrá sentido con mayor confianza para contarle las cosas que no salen bien, los dolores de cabeza que habrá tenido con alguno de los discípulos, sus enojos a veces con Pedro, la preocupación con que la gente no entendía el mensaje del reino” y siguió diciendo: “Aprender a que no nos gane la ansiedad, aprender a parar la pelota, a recibir en el corazón. Recibir en la mente, en la comunidad. Y recibir es tener la humildad de que no la tengo tan clara. Como hoy María de Betania comparte con Jesús su tiempo y lo escucha, lo recibe, lo acoge. Siempre digo que en la vida todos andamos con heridas, todos”.
Experiencia de amistad
Además dijo: “Y si tuviéramos más conciencia de que el otro anda por la vida tratando de curar sus heridas como yo, nos trataríamos un poco mejor. Por eso creo que Jesús habrá ido a esa casa de amigos a compartir un poco lo que le estaba pasando. Y María lo escuchó y Marta se pasó de atenta, pero qué lindo poder sentir la experiencia de la amistad”.
“Qué lindo encontrar espacios hospitalarios, de amigos, donde nos escuchemos, donde no nos juzguemos, donde nadie me dé clases de moral ni me enseñe cómo tengo que vivir, sino que simplemente me acompañe. Porque en la vida no siempre vivimos como queremos, vivimos como podemos. Entonces qué bueno sentir el abrazo de ternura. Ese abrazo que Jesús habrá recibido siempre en Betania” destacó el arzobispo.
Jesús nos quiere amigos
Al concluir dijo: “Que Dios los bendiga como comunidad y que se sientan siempre bien recibidos en esta casa de Betania, que quiere abrazar a todos sin juzgar a nadie. Que se puedan sentir siempre recibidos por el Señor. Ese Jesús que sabe por dónde andamos, pero por sobre todas las cosas es absolutamente misericordioso y nos quiere felices. Y que cuando experimentes angustia, soledad, tristeza, sepas que no estás solo. Jesús te acompaña y Dios quiera que igual que Él encuentres grandes amigos en la vida como Marta, como Lázaro, grandes amigos como María de Betania a quien hoy celebramos”.