La parroquia San Roque celebró su fiesta patronal el pasado domingo 17 de agosto con una procesión y la celebración de la Santa Misa. La Eucaristía, estuvo presidida por el Arzobispo quien, comentó: “Queremos salir de nosotros mismos después de los dolores y los sufrimientos. Como él que no se quedó anclado en la muerte de sus seres queridos, sino que salió. Segundo, saber que no peregrinamos solos en la vida, no tenemos que andar a los codazos, nos salvamos juntos. Somos familia de Dios”.
A la luz del Evangelio reflexiono: “Ese peregrinar lo hacemos con los demás, pero especialmente mirando al costado a los que sufren, tratando de curar heridas, tantas heridas del alma, tantas heridas que sufren quizás vecinos, quizás gente que conozco y veo todos los días y que me dice que está todo bien, pero sus ojos me dicen que hay mucha tristeza dentro”.
También siguió diciendo: “Lo cuarto, peregrinos de esperanza como San Roque que se animan a cruzar fronteras. Nosotros no tenemos que cruzar fronteras geográficas, pero sí tenemos que cruzar fronteras ideológicas. Tenemos demasiado prejuicios. Hablamos demasiado mal de los demás y rechazamos a muchos”.
“El corazón de San Roque era un corazón para todos, un corazón universal. Cuando curaba a los que sufrían, no les preguntaba de dónde venían. Y lo quinto, a pesar de que estuvo preso, siempre tuvo la libertad del amor, la libertad de los hijos de Dios que le regaló Jesús“ agregó.
“Que nosotros también podemos vencer todas las esclavitudes, todas las que tengamos en el alma, la soledad, los celos, los prejuicios. Que podamos ser libres en el amor y darnos cuenta que el evangelio se vive amando y amando especialmente a los que sufren” dijo al concluir.