En una calurosa mañana de Roma el Santo Padre, León XIV, realizó la tradicional catequesis en el marco de su audiencia general. Miles de personas, entre ellos jóvenes, se hicieron presentes para escuchar con atención las las del sumo pontífice y recibir la bendición apostólica.
La presencia de miles de jóvenes de todo el mundo se notó gracias al Jubileo de los Jóvenes que se desarrolla del 28 de julio al 3 de agosto en la ciudad italiana de Roma. En la Plaza San Pedro, el Santo Padre saludó desde el papamóvil a los peregrinos presentes y luego se tradujo en ocho idiomas el evangelio y su respectiva catequesis.
Reflexión del Papa
Entre sus principales reflexiones el Santo Padre, a la luz del Evangelio, compartió: “Reflexionamos sobre la curación del sordo mudo, aquella persona enferma que no podía ni hablar ni oír, fue llevado por otros a la presencia de Jesús. En este gesto de fraternidad podemos ver la imagen de la Iglesia que acompaña a todos a la presencia del Señor”.
Luego siguió diciendo: “Vemos en este relato que Jesús le ofrece al sordo mudo una proximidad silenciosa realiza gestos significativos y pronuncia una sola palabra: -ábrete-, es una invitación a abrirnos a comunicarse y relacionarse con los demás de un modo nuevo”.
Experiencias personales
Una de las personas presentes en el Ángelus fue Franco, diácono de la diócesis de San Martín. Llegó a Roma para compartir en comunidad el Jubileo de los Jóvenes 2025 y compartió a En Camino algunas reflexiones al escuchar al Santo Padre. En su alocución mencionó: “Esta es una experiencia de sentirnos Iglesia en donde todos podemos compartir la misma Fe. El Papa cerró este momento cantando en latín el Padre Nuestro, un canto que nos aúna como hermanos e hijos de Dios, miembros todos de la Iglesia”.