La Misa Arquidiocesana de Niños se realizó esta mañana en el Luna Park con un evento para los niños de la Ciudad de Buenos Aires, sus catequistas y dirigentes.
A las 11 de la mañana, el Luna Park abrió sus puertas para recibir a los niños de la Iglesia porteña que llegaron con un pedido: «Queremos ser misioneros de Jesús».
Durante el evento, organizado por la Vicaría de Niños de la Arquidiocesis, se realizaron juegos y espectáculos para conocer a algunos Santos misioneros.
Después de un quiz sobre las vidas de San Francisco Javier y Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones y de los chicos de Buenos Aires, la agrupación Sagrada Teatro presentó un breve musical sobre la vida del Beato Carlo Acutis.
La misa comenzó con el recibimiento a los obispos auxiliares y a los sacerdotes de la Arquidiocesis entre cantos de alegría y los corazones de los chicos predispuestos a recibir la Palabra de Jesús.
La homilía, a cargo del obispo Ernesto Giobando, respondió las dudas de dos visitantes, Misio y Nera, sobre el llamado de Jesús a anunciar su Reino.
El obispo Ernesto recordó que para ser misioneros de Jesús es necesario ir acompañados, ligeros de equipaje, con alegría y sencillez.
«Qué lindo es que nos vean juntos- dijo Giobando en su invitación a ser misioneros –hay que sacarnos todo lo que nos molesta, sobre todo nuestro yo, y llenarnos el corazón de Jesús».
En el contexto del Octubre Misionero, el evento organizó un gesto solidario para colaborar con el Hogar de Día ContARTE, de Barracas, un espacio donde «abrazar la vida como viene, sin poner excusas» resaltó el Padre Sebastián García.
Entre juegos, canciones y oración, los niños de la Arquidiocesis compartieron a Jesús y regresaron a sus hogares con el Espíritu misionero encendido y renovado.