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Misión Navideña en el barrio de Constitución

por Justina Kleine
Misión Navideña en Constitución

La comunidad de Santa Elisa, realizó una Misión Navideña por el barrio de Constitución junto al Arzobispo Jorge García Cuerva y el obispo auxiliar, Alejandro Pardo. En la primera semana de Navidad, la Iglesia porteña no deja de llevar la alegría del nacimiento de Jesús allí donde más se necesita.

Llevar esperanza a las realidades de dolor

La misión se centró en acercar la figura de la Virgen de Luján a aquellos que enfrentan situaciones de vulnerabilidad.Desde la mañana temprano, los misioneros se reunieron en la Parroquia Santa Elisa, donde prepararon estampas y carteles con el mensaje navideño.

Con un parlante y el anda de la Virgen, comenzaron su recorrido por las calles del barrio, visitando lugares marginales donde se manifestaba la dura realidad social: prostitución, consumo de drogas y personas en situación de calle. «Nos acercamos con agua bendita, haciendo la bendición de las personas», dijo el obispo Alejandro Pardo sobre esta experiencia que, a pesar de las realidades de dolor, estuvo marcada por gestos de devoción y esperanza.

Salir al encuentro con la comunidad

La misión terminó en el hogar de abuelos Rawson, donde los voluntarios acompañaron a los ancianos. «Estuvimos visitando a los abuelos, bendiciéndolos y charlando con ellos», contó Monseñor Alejandro. Este encuentro no solo llevó alegría a los ancianos, sino que también permitió a los misioneros conectar con las historias y desafíos que enfrentan las personas mayores.

El obispo destacó la importancia de que la Iglesia esté presente en estos espacios: «Es fundamental que estemos en lugares de dolor y marginalidad. Si uno no sale, se pierde toda esa cantidad de gente». Durante el recorrido por Plaza Constitución y la estación, muchos se acercaron para tocar la imagen de la Virgen y recibir una estampa o una bendición. «Me gustó mucho cuando la gente se paraba y rezaba delante de la Virgen», expresó Pardo, quien observó cómo estos gestos simples generaban un impacto profundo en quienes los recibían.

La fuerza de la piedad popular

La Misión Navideña no fue solo una actividad religiosa; fue una oportunidad para renovar el espíritu misionero entre los participantes. «Siempre hay que salir; cuando uno sale se encuentra con la gente», afirmó el obispo. Este encuentro no solo trajo consuelo a los que viven «al borde del camino», sino que también fortaleció los lazos entre los miembros de la comunidad. «Generó una sonrisa y una mirada más esperanzadora al ver a la Virgen pasar», reflexionó Pardo sobre el impacto del evento.

La mayoría de las personas que los misioneros visitaron con las imágenes mostraron gestos de piedad al recibir la bendición. «Ese gesto fue muy fuerte; muchos se sacaban el gorro para recibirla», destacó Alejandro conmovido por la sencillez de la gente.

La Misión Navideña en Constitución fue un recordatorio del llamado a ser una Iglesia en salida, comprometida con las realidades sociales más difíciles. El obispo concluyó con un mensaje claro: «Es importante salir al encuentro del otro; allí es donde encontramos a Dios». Una misión que no solo celebró la Navidad, sino que también reafirmó el compromiso continuo de llevar esperanza y amor a todos los rincones de Buenos Aires.

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