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Mons. García Cuerva: “ San Cayetano, regálanos la alegría de la unidad”

por prensa_admin

El pasado miércoles 7 de agosto se llevó a cabo la fiesta patronal de San Cayetano en el barrio de Belgrano. Con la presencia del Arzobispo de Buenos Aires, Mons. Jorge García Cuerva, y una importante cantidad de feligreses que se acercaron a la celebración, la misa comenzó a las 19:00hs. 

A la luz del Evangelio (Mateo 6:24-34) el Arzobispo en su homilía destacó: “En San Cayetano podemos poner en sus manos nuestras preocupaciones, nuestras angustias y de alguna manera descansar en el Santo.” También añadió: «Hay que aprender a ser agradecidos y por eso, muchísimos de ustedes, no solamente vienen a pedir a San Cayetano sino también a agradecer. Y el que tiene corazón agradecido tiene alegría”

Al público que se ubicó en la calle y con peregrinos que se acercaron desde diferentes lugares de Buenos Aires Mons. García Cuerva les dijo: “Hoy San Cayetano venimos a vos y una vez más necesitamos descansar en tus brazos. Eso es confiar en la providencia de la que nos habla Jesús en el Evangelio. Es no angustiarnos demás, no desesperarnos, no vivir con esa enfermedad de la modernidad de la ansiedad.” 

Desde las 00:00hs del día 7 vecinos se fueron congregando en las adyacencias de la parroquia ubicada en la calle Vidal. Cada uno con su petición, con la intención de poder agradecer y también pedir al Santo patrono del pan, paz y trabajo. 

Para finalizar su homilía el Prelado destacó: “Sos el Santo de nuestro pueblo, queremos tener la alegría de la unidad, descubrir que nos pasan cosas lindas en la vida y por eso estamos contentos pero necesitamos la unidad porque queremos sacar a nuestro país adelante y para eso todos juntos como argentinos nos queremos poner la patria al hombro. San Cayetano, vos sos nuestro amigo y sabes lo que nos pasa. Aquí estamos, cargando como a tu hijo Jesús y regálanos la alegría de la unidad. Amén.”


Homilía Monseñor Jorge García Cuerva fiestas patronales de San Cayetano de Belgrano

La idea principal de la fiesta patronal de este año aquí en San Cayetano es: “San Cayetano, danos la alegría de la unidad”. Vamos a repetirlo de vuelta; “San Cayetano, danos la alegría de la unidad”. Y pensaba que este lema, esta frase, está formada básicamente por 3 palabras. La primera la vamos a juntar es “San Cayetano”. La segunda es “Alegría”. Y la tercera es “Unidad”. 

San Cayetano es, como sabemos todos, el patrono de la paz, del pan y del trabajo. Es un Santo que está en las entrañas más profundas de la Fe de nuestro pueblo, por eso, en todos los santuarios, en todas las parroquias, en todas las capillas que llevan su nombre hoy a lo largo y ancho de la Argentina, se junta mucha gente. Porque lo sentimos propio, porque en San Cayetano confiamos plenamente, porque sabemos que es el Santo de la providencia como nos decía el Evangelio. Porque podemos poner en sus manos nuestras preocupaciones, nuestras angustias y de alguna manera descansar en el Santo. 

Así como tiene al Niño Jesús en sus brazos, estoy seguro que cada uno de nosotros que viene hoy siente que San Cayetano lo abraza. Siente que lo tiene en sus brazos para que podamos descansar un poco. Descansar de preocupaciones, de angustias, descansar nuestra falta de trabajo, nuestra falta de justicia, descansar nuestra falta de paz en la familia, en la sociedad. 

Hoy San Cayetano venimos a vos y una vez más necesitamos descansar en tus brazos. Eso es confiar en la providencia de la que nos habla Jesús en el Evangelio. Es no angustiarnos demás, no desesperarnos, no vivir con esa enfermedad de la modernidad de la ansiedad. Desesperados todo el tiempo por tener todo, desesperados por tener todo, angustiados porque las cosas no salen como queremos.  

Como dicen algunos: “Para, baja un cambio. Para la máquina”. Descansemos en San Cayetano, descansemos en él. Sintamos que el Santo del pan, del trabajo, el Santo que está en las entrañas del pueblo hoy nos vuelve a convocar. Casi le pediría permiso al niño Jesús que está en sus brazos y le diría: “Jesús, ¿no te bajas un ratito?. Déjanos subir a nosotros”. Dejá que San Cayetano me tenga en sus brazos. Necesito descansar mi vida, necesito descansar todo lo que me pasa, necesito poner en San Cayetano mis preocupaciones y a toda mi familia.  

La segunda palabra del lema era: “San Cayetano danos la… Alegría”. Muy bien. Danos alegría. Y uno podría decir: “Vivimos tiempos difíciles”. Sí, ya lo sabemos. Con sólo ir al supermercado, con sólo saber lo que valen las cosas, ya sabemos que estamos viviendo tiempos difíciles y es una cuestión de elección: o me quedo protestando y mi vida es un lamento y una queja constante, o me animo a tratar de buscar cosas lindas y buenas en la vida. 

Como nos decía el salmo, ¿Se animan a cantar el salmo? ¿La antífona? La antífona ¿Dale? A ver, fíjense. Vivimos tiempos difíciles, críticos, lo sabemos, sin embargo, todos cantamos esto hace un ratito: “¿Cómo te pagaremos todo el bien que nos hiciste?”. Vamos todos, “¿Cómo te pagaremos todo el bien que nos hiciste?”. Y si decimos ¿Cómo te pagaremos todo el bien que nos hiciste?. Quiere decir que, a pesar de los problemas, nos pasan cosas buenas. Sentimos que Dios nos ha hecho regalos. 

El primero; la vida. El segundo regalo; la Fe. El tercer regalo es la salud, porque más allá, de que todos estamos acá, capaz alguno con dolor en la rodilla, otro haciendo algún tratamiento, sin embargo, tenemos vida. Otro regalo; la familia. Los seres queridos y para los que se sienten más solos, la comunidad. Porque, a pesar de sentirnos solos, sabemos que tenemos una comunidad, esta parroquia de San Cayetano en la que me puedo sentir familia. No estamos solos y no te resignes a quedarte solo.

Digo yo que una de las grandes pobrezas de Buenos Aires es la soledad. Hay gente que ya está acostumbrada  a que la única voz que escucha es la voz de la radio de su departamento y que con lo único que habla es con el caniche. No. Hay personas también que están dispuestas a escucharte. Demos gracias a Dios porque no estamos solos. Porque todavía tenemos con quien hablar y compartir y abrir el corazón. 

Piense cada uno que seguramente va a encontrar a pesar de los problemas, cosas lindas en la vida. Como decimos siempre “Hay que aprender a mirar la parte del vaso media llena”. Hay que aprender a ser agradecidos y por eso, muchísimos de ustedes, no solamente vienen a pedir a San Cayetano sino también a agradecer. Y el que tiene corazón agradecido tiene alegría. 

Hoy estamos viviendo una fiesta, yo también estuve hoy en Liniers y allí también se vivió una fiesta. Y uno podría decir “Pero, esta gente está loca, con todo lo que pasa y están alegres”. Pero ¿ Es que sabes qué hermano? celebramos la Fe en un Dios que está vivo. ¿Jesús está vivo o está muerto? Vivo. Avísale a tu cara, dale. Vivo, sí. Pero mostrémoslo con la mirada, con los gestos, con la cara y a pesar de todo, entonces, ¿Cómo no vamos a cantar ´Cómo te pagaremos todo el bien que nos hiciste?´”. Es mucho el bien que Dios nos hace y por eso estamos alegres. 

Y la tercera palabra ¿era? “Unidad”. San Cayetano, danos la alegría de la unidad. ¿Por qué? Porque estoy seguro que vivimos momentos de unidad con la familia, los amigos cuando tenes esos encuentros con amigos con los cuales te morís de risa, la pasas bien, cuando estas con tu familia y tenes esas comidas, están todos juntos y se ríen. Que lindo, poder vivir momentos de unidad. Cuánto necesita nuestra Argentina de momentos de unidad. Cuánto necesita nuestra patria que seamos capaces de mirarnos como hermanos más allá de las diferencias, no hay necesidad de pensar todos igual. San Cayetano es el patrono de todos, no de un partido político, de un sector social, de todos. Acaso, a alguno cuando vino, le pregunto a ¿Quién iba a votar?. No interesa hermano, lo que importa es que tratemos de ser buena gente, que podamos vivir el amor al prójimo y la solidaridad porque en tiempos difíciles tenemos que estar más unidos que nunca. 

Nos necesitamos, nadie puede sólo en la vida. Por eso, así como muchos tienen las espigas y esas espigas son los granos de trigo todos juntos, así tenemos que estar nosotros. Unidos, como las espigas de San Cayetano, descubriendo que nos necesitamos y que nadie puede solo. Por eso, entonces, San Cayetano no es solamente un nombre, es un Santo que representa la Fe de nuestro pueblo al que hoy le venimos a decir: “Queremos pan, paz, trabajo”. Al que le venimos hoy a agradecer porque descubrimos que nos pasan cosas lindas en la vida a pesar de todo y por eso tenemos una alegría de fondo que es la alegría de creer en Jesús resucitado. Le venimos a decir que queremos la unidad. 

Basta de pelea, basta de grieta, basta de herida. Tenemos que buscarnos unos a otros y mirarnos como hermanos, demasiados problemas tenemos como para encima, pelearnos. San Cayetano, patrono de la paz, pan y trabajo, te pedimos que nos unas. Sos el Santo de nuestro pueblo, queremos tener la alegría de la unidad, descubrir que nos pasan cosas lindas en la vida y por eso estamos contentos pero necesitamos la unidad porque queremos sacar a nuestro país adelante y para eso todos juntos como argentinos nos queremos poner la patria al hombro.

San Cayetano, vos sos nuestro amigo y sabes lo que nos pasa. Aquí estamos, cargando como a tu hijo Jesús y regálanos la alegría de la unidad. Amén.  

 

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