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Santa Misa en el marco de las Admisiones al Orden Sagrado

por prensa_admin

Se realizó la Santa Misa en el marco de las Admisiones al Orden Sagrado. Claudio Cuellar, Agustín Cisnero, Pablo Nieto y Agustín Lanzetta, seminaristas del Seminario de Buenos Aires, han recibido la Admisión al Orden Sagrado en la Catedral Metropolitana en un clima de comunión, oración y gran alegría

A la luz de la palabra 

El Arzobispo de Buenos Aires, Mons. García cuerva, celebró la Eucaristía y a la luz del Evangelio en su homilía destacó: “Escuchar la voz del Señor requiere silencio en el corazón, calmar los ruidos del activismo y de la ansiedad, del acelere de las imágenes virtuales y las preocupaciones diarias”.

Refiriéndose a los seminaristas mencionó: “Queridos Agustín, Pablo, Claudio y Agustín, vuelvan a escuchar al Señor que alguna vez los llamó a seguirlo y a configurar su vida con Él. No permitan que esa voz deje de escucharse, que los ruidos de la vida no silencien la voz del Pastor que les sigue diciendo ‘sígueme’. Y a la vez, escuchen hoy la voz de la Iglesia que reconoce en ustedes signos ciertos de vocación al ministerio sacerdotal, y por eso los admite como candidatos al Orden Sagrado”. 

Un pastor que ama 

Luego añadió: “Continúa diciendo Jesús que Él conoce a las ovejas. Nos conoce y nos ama incondicionalmente como nos decía el Papa León XIV el jueves pasado desde el balcón de la basílica de San Pedro. Por eso el conocimiento que Jesús tiene de nosotros nos da paz, no nos da miedo ni angustia; es verdad que nos conoce a fondo, con nuestras debilidades y fragilidades, porque delante de Él no hay caretas ni maquillajes que simulen lo que no somos. Pero nos ama; conocimiento y amor van de la mano. Sabe quiénes somos, y a pesar de nuestra vulnerabilidad nos elige, y los elige e invita a seguirlo”. 

“Seguir al Maestro, ir tras sus pasos, somos discípulos que queremos caminar con Él, abandonando seguridades y arriesgándonos a lo sorpresivo. La aventura de seguirlo es recorrer los caminos de la fraternidad, del servicio, de la entrega generosa, de la construcción de la paz, del amor a los que sufren. Es, muchas veces, caminar a contramano de la cultura de hoy, que parece optar por el individualismo, la competencia feroz entre las personas, la idolatría del dinero, la superficialidad, el exitismo y el poder”.

Seguir al Buen Pastor 

Queridos Agustín, Pablo, Claudio y Agustín, anímense a seguir al Buen Pastor siendo un signo de contradicción para el mundo de hoy. Que quienes se acerquen a ustedes noten algo distinto, no sólo en el uso del hábito clerical, sino en los modos, en las ideas, en el trato, en la alegría del servicio; que se note que quieren ser discípulos del Resucitado que vino al mundo para darnos Vida eterna”. 

Para concluir su alocución subrayó: “Déjense abrazar por Jesús, y también abrácenlo fuerte a Él, no dejen que nada ni nadie les arrebate la esperanza que no defrauda y la alegría de seguirlo, y que no les arrebaten los sueños, sueñen en grande, no se queden en vuelos rastreros, busquen horizontes, tengan ideales, quieran transformar el mundo de la mano”. 


Admisiones candidatos al Orden Sagrado – Homilía Mons. García Cuerva 

“Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen” (Juan 10, 27)

Escuchar: quienes trabajan en el campo con ovejas saben de sus dificultades visuales, especialmente en el invierno cuando pueden verse afectadas por la conjuntivitis de la nieve, enfermedad que es consecuencia del viento y la nieve acumulada en los ojos. Por eso es clave la escucha para seguir al pastor, mucho más cuando no se ve claro el horizonte.

Escuchar la voz del Señor requiere silencio en el corazón, calmar los ruidos del activismo y de la ansiedad, del acelere de las imágenes virtuales y las preocupaciones diarias.

Queridos Agustín, Pablo, Claudio y Agustín, vuelvan a escuchar al Señor que alguna vez los llamó a seguirlo y a configurar su vida con Él. No permitan que esa voz deje de escucharse, que los ruidos de la vida no silencien la voz del Pastor que les sigue diciendo “Sígueme”. Y a la vez, escuchen hoy la voz de la Iglesia que reconoce en ustedes signos ciertos de vocación al ministerio sacerdotal, y por eso los admite como candidatos al Orden Sagrado.

Continúa diciendo Jesús que Él conoce a las ovejas. Nos conoce y nos ama incondicionalmente como nos decía el Papa León XIV el jueves pasado desde el balcón de la basílica de San Pedro.1 Por eso el conocimiento que Jesús tiene de nosotros nos da paz, no nos da miedo ni angustia; es verdad que nos conoce a fondo, con nuestras debilidades y fragilidades, porque delante de Él no hay caretas ni maquillajes que simulen lo que no somos. Pero nos ama; conocimiento y amor van de la mano. Sabe quiénes somos, y a pesar de nuestra vulnerabilidad nos elige, y los elige e invita a seguirlo.

Y aquí la tercera parte de la afirmación de Jesús en el evangelio: “ellas me siguen”.

Seguir al Maestro, ir tras sus pasos, somos discípulos que queremos caminar con Él, abandonando seguridades y arriesgándonos a la sorpresivo. La aventura de seguirlo es recorrer los caminos de la fraternidad, del servicio, de la entrega generosa, de la construcción de la paz, del amor a los que sufren. Es, muchas veces, caminar a contramano de la cultura de hoy, que parece optar por el individualismo, la competencia feroz entre las personas, la idolatría del dinero, la superficialidad, el exitismo y el poder.

Queridos Agustín, Pablo, Claudio y Agustín, anímense a seguir al Buen Pastor siendo un signo de contradicción para el mundo de hoy. Que quienes se acerquen a ustedes noten algo distinto, no sólo en el uso del hábito clerical, sino en los modos, en las ideas, en el trato, en la alegría del servicio; que se note que quieren ser discípulos del Resucitado que vino al mundo para darnos Vida eterna (Juan 10, 28).

Por último, Jesús dice en el evangelio que nadie arrebatará a las ovejas de sus manos y de las manos del Padre (Juan 10, 28-29).

Arrebatar es quitar con violencia y fuerza. En la calle, por miedo a que nos arrebaten la mochila, la abrazamos con fuerza. Del mismo modo déjense abrazar por Jesús, y también abrácenlo fuerte a Él, no dejen que nada ni nadie les arrebate la esperanza que no defrauda y la alegría de seguirlo, y que no les arrebaten los sueños, sueñen en grande, no se queden en vuelos rastreros, busquen horizontes, tengan ideales, quieran transformar el mundo de la mano del Buen Pastor y hacer realidad el Reino de Dios entre nosotros. Por eso vale la pena entregar la vida por Cristo, adelante, no aflojen.

Y pensando en tantos jóvenes que hoy los acompañan, quisiera finalizar con un texto del recordado y querido Papa Francisco; les propongo que hagamos silencio en el corazón y sintamos que estas palabras son para vos: 

Jesús camina entre nosotros como lo hacía en Galilea. Él pasa por nuestras calles, se detiene y nos mira a los ojos, sin prisa. Su llamado es atractivo, es fascinante. Pero hoy la ansiedad y la velocidad de tantos estímulos que nos bombardean hacen que no quede lugar para ese silencio interior donde se percibe la mirada de Jesús y se escucha su llamado. Mientras tanto, te llegarán muchas propuestas maquilladas, que parecen bellas e intensas, aunque con el tiempo solamente te dejarán vacío, cansado y solo. No dejes que eso te ocurra, porque el torbellino de este mundo te lleva a una carrera sin sentido, sin orientación, sin objetivos claros, y así se malograrán muchos de tus esfuerzos. Más bien busca esos espacios de calma y de silencio que te permitan reflexionar, orar, mirar mejor el mundo que te rodea, y entonces sí, con Jesús, podrás reconocer cuál es tu vocación en esta tierra.2 

Monseñor Jorge Ignacio García Cuerva

Arzobispo de Buenos Aires

11 mayo 2025

Domingo del Buen Pastor

1 Cfr LEÓN XIV, Primer saludo, Loggia centrale Basílica de San Pedro, 8 de mayo 2025 

2 FRANCISCO, Exhortación apostólica Christus vivit 277, Ciudad del Vaticano 2019

 

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