En el marco de la Semana del Seminario, fecha en la que los seminaristas abren las puertas del seminario para que las personas puedan conocer en profundidad cómo es su día a día, el Arzobispo Mons. Jorge García Cuerva compartió una entrevista con Emilio Llorente y Emmanuel González, seminaristas del Seminario Metropolitano Inmaculada Concepción.
En una transmisión especial emitida por el Canal Orbe 21 el Arzobispo y los seminaristas conversaron acerca de las vocaciones, los jóvenes, la Iglesia de Buenos Aires y las parroquias de la Arquidiócesis. En ese contexto, Mons. García Cuerva destacó sobre sus inicios en el seminario de San Isidro:
Empecé a descubrir que ahí estaba mi felicidad y si eso es mi felicidad y sentía que Jesús me llamaba, era como un enamoramiento que no podía ponerle palabras ¿Por qué no dedicarle toda mi vida a esto?
En relación a su visión de la Ciudad de Buenos Aires como Arzobispo porteño en la actualidad mencionó:
Disfruto caminar Buenos Aires el agregado es que, tal cual dijeron ustedes como Iglesia en el Sínodo de Buenos Aires, `Dios camina en la ciudad´ y esa certeza yo la quiero vivir y la quiero concretar. Todo el tiempo estoy mirando la realidad de la ciudad con ojos de pastor, con ojos más sacerdotales que antes miraba con el ojo del estudiante, con el ojo del que trabaja.
Al ser consultado sobre los sueños que tiene para las vocaciones sacerdotales el Prelado destacó:
Yo sueño con que podamos ser una Iglesia profundamente alegre no porque nos pongamos el voluntarismo de ser alegres sino porque creemos en un Dios que está vivo. Que podamos ser una Iglesia que testimonie que Dios camina a nuestro lado, que realmente podamos acompañar a los que más sufren. Que seamos una Iglesia familia para todos los solos de Buenos Aires. Sueño con que podamos darle el verdadero lugar a los jóvenes, que sean realmente protagonistas.
Cuando fue preguntado sobre las vocaciones y el discernimiento previo que se hacen los jóvenes para ingresar al seminario Mons. García Cuerva declaró:
Creo que hay que animarse a dar el salto y por eso digo que la mejor pastoral vocacional es ver seminaristas y sacerdotes normales y alegres. Mostrándonos personas normales, personas alegres, personas que nos estamos plenificando, que le ponemos garra, que le ponemos pasión a todos los días que no nos negamos a nosotros mismos, que cargamos nuestras propias debilidades y fragilidades también porque no somos ni perfectos ni santos todavía pero sí me parece que nos tenemos que mostrar enamorados de Jesús. Decirle a Jesús: `Acá está mi vida, quiero que vos la conduzcas´.
Al hablar de los seminaristas y el sueño que tiene para ellos aclaró:
Sueño que seamos capaces de hacer juntos la revolución de la ternura en un mundo que sufre mucho, que seamos capaces de compartir la alegría de Jesús en un mundo que, a veces, vive la desesperanza y la tristeza. Y que seamos capaces verdaderamente que nuestras manos si son impuras sea por abrazar a los enfermos, por estar cerca de los ancianos, por estar con nuestros jóvenes, que le pongamos garra, pasión, audacia, creatividad y en eso, me permito decirles a ustedes como nuevas generaciones anímense a ser profundamente creativos, destierren de su boca y corazón la frase `siempre se hizo así´. Como dice el Papa: `Corran, vayan adelante, empujen, vayan con todo y cuando lleguen esperemos a los más viejos que vayamos atrás´.
Finalizando la entrevista, en el marco de la semana del seminario y con el motivo de agradecer la invitación, Mons. García Cuerva sentenció:
Creo que en el amor y en el servicio hemos encontrado la felicidad y por eso es que estamos tan entusiasmados y por eso queremos compartirlo. Lo conocemos a Jesús, nos llamó a seguirlo de cerca desde el ministerio sacerdotal y por lo menos a los pibes les decimos: “pensalo” capaz que Jesús lo está haciendo con vos también.