Sesenta años después del inicio del Concilio Vaticano II, la Iglesia, madre amorosa de todos los bautizados, continúa buscando la unidad de sus hijos en el camino Sinodal.

Esta semana se cumplieron 60 años desde la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II que reunió a obispos, teólogos, referentes de iglesias ortodoxas y protestantes, y católicos laicos.

De la mano del Papa San Juan XXIII, la Iglesia iniciaba un camino de aggiornamiento para ser Madre misericordiosa que responde a las necesidades de la actualidad y expone el valor de sus enseñanzas.

«Cristo ocupa siempre el lugar central en la historia y en la vida» decía el Papá Juan XXIII seis décadas atrás. Hoy, el Papa Francisco invita a todos los bautizados a que «redescubramos el Concilio para volver a dar la primicia a Dios».

Con el Concilio, la Iglesia se dedicó a interrogar a sí misma, a reflexionar sobre su propia naturaleza y misión, no para contemplarse, como explica el Papa Francisco, sino para darse.

La Secretaría General del Sínodo 2021-2023 recordó en un comunicado publicado el pasado 10 de octubre, las palabras de Francisco: «el Sínodo representa un fruto de aquella asamblea ecuménica, de hecho, una de sus herencias más valiosas«.

La Iglesia porteña se suma a los festejos de aniversario del Concilio Vaticano II, y a la oración del Papa Francisco»por una Iglesia abierta a todos».