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La Iglesia de Buenos Aires acompaña en oración la guerra en Ucrania

por Justina Kleine

Pronto se cumplirá un mes del primer ataque militar de Rusia a Ucrania y las imágenes de guerra, soldados heridos y familias separadas han inundado el mundo junto con el profundo dolor por el conflicto entre las dos naciones.

Hermanados con el pueblo ucraniano, el Arzobispo Mario Poli invitó, en nombre de la Iglesia de Buenos Aires, a Monseñor Daniel Kozelinski Neto, obispo de la Eparquía de Santa María del Patrocinio en Buenos Aires de los ucranios, a compartir y concelebrar la Eucaristía del domingo 13 de marzo junto a Monseñor Enrique Eguía Seguí, vicario general de la Arquidiócesis, en la Catedral Metropolitana de la ciudad.

La misa tuvo la homilía a cargo del obispo ucraniano quien aseveró que la guerra es, sobre todo, una lucha entre el bien y el mal en un campo de batalla que no es más que el interior del hombre, se preguntó «¿ qué se necesita para ganar una guerra, para destruir al enemigo y derrotar al mal?» y recordó la poderosa arma de Dios, «el secreto de la victoria es el perdón».

Kozelinski también pidió oraciones por el ejército ucraniano que lucha en el campo de batalla y por «los que sufren inocentemente los males y consecuencias de este momento de dolor», civiles, niños y mujeres, y todos los que están bajo la mira de las armas del enemigo.

Concluyó con una invitación a que «aprovechemos este momento difícil como tiempo de purificación, de lucha, de batalla que se vence con las armas de Dios: el ayuno, la oración, la caridad y el amor al prójimo en acciones concretas».

Las mismas armas mencionó el Papa Francisco en su invitación al mundo entero a ponerse en clave de oración por la paz, ante el profundo dolor por la guerra y la muerte, la oración, el ayuno y la caridad son el mejor modo de combatir al enemigo, sobre todo en este tiempo de cuaresma.

La Iglesia de Buenos Aires, movida por la exhortación del Santo Padre, realizó jornadas de ayuno y oración en las distintas parroquias y templos de la arquidiócesis de Buenos Aires durante el miércoles de ceniza, inicio de la cuaresma.

Ese mismo día, el Arzobispo Mario Poli y el vicario general de Buenos Aires, Enrique Eguía Seguí, también participaron del evento organizado por la institución Scholas Ocurrentes que, inspirada en el llamado del Papa Francisco a la oración por Ucrania, convocó a jóvenes representantes de los credos, a funcionarios y legisladores, a una jornada de oración por la paz.

El encuentro se llevó a cabo en una Carpa por la Paz en la Plaza de Mayo, junto al olivo que en el año 2000 plantó el entonces Cardenal Jorge Bergoglio y que había sido signo y sede de un evento similar en el 2003 por la guerra en Irak.

Durante el evento, los distintos referentes religiosos, incluyendo la Iglesia de Buenos Aires, hicieron oración, prendieron velas y todos los participantes se unieron en la gran carpa blanca que estuvo abierta a todos los visitantes durante una semana con la posibilidad de plasmar la oración personal y el deseo de paz en un mural colaborativo.

Con el dolor en el alma, pero la esperanza puesta en Dios y su misericordia para el fin de la guerra, la Iglesia de Buenos Aires continúa rezando y acompañando al pueblo ucraniano en Argentina y el mundo para alcanzar la paz y el fin de los conflictos armados.

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