La Vicaría de Niños celebró la Misa Arquidiocesana de Niños en la Plaza de Mayo, bajo el lema «Jesús multiplica nuestra alegría» y con alrededor de 5000 personas de las comunidades parroquiales porteñas, los sacerdotes de la arquidiócesis y los obispos de Buenos Aires.
El sol bañaba la Plaza de Mayo cercada en su cuatro costados por vallas de seguridad. Puestos de hidratación se pintaban en algunos rincones, un espacio estaba destinado a baños con un constante servicio de limpieza, y en el centro, un escenario vestido de colores esperaba para dar la bienvenida a los niños de la Iglesia de Buenos Aires.
La alegría de Jesús en el Evangelio
El cielo no pintaba ni una sola nube, en respuesta a las intensas oraciones por evitar la lluvia, y los más pequeños de las comunidades parroquiales comenzaron a llegar con sus porras de colores y el sonido infantil de la alegría. El grupo Sagrada teatro comenzó su labor al representar cuatro escenas bíblicas:
- La alegría del ciego Bartimeo al recobrar su vista por su Fe en Jesús
- La alegría en la fiesta de las Bodas de Caná ante el milagro de Jesús que convirtió el agua en vino.
- La alegría del regreso del hijo pródigo a la casa de su Padre.
- La alegría de la multiplicación de los panes compartidos en comunidad.
Las cuatro escenas bíblicas fueron una muestra de cómo la alegría se multiplica al compartir con otros y al tener cerca a Jesús, fuente inagotable de esa alegría.
La misa, la alegría de compartir
Avanzada la tarde, bajo los fuertes rayos del sol, el Arzobispo Jorge García Cuerva presidió la misa junto a sus hermanos obispos y sacerdotes de la Arquidiócesis. «Jesús quiere que esa alegría se multiplique ¿Y cuál es la alegría que Jesús quiere que se multiplique? La que está en el corazón«, dijo García Cuerva en su homilía.
Junto a los niños en la Plaza de Mayo, García Cuerva reflexionó sobre la tristeza que invade el corazón ante las dificultades de la vida: «Miren, a veces en la vida de las personas también es como si fuera un desierto porque la vida de mucha gente es muy complicada, muy difícil«, les dijo, y agregó: «y a veces oscurece en el corazón cuando perdemos la alegría«, utilizando las imágenes del desierto y el atardecer mencionadas en el evangelio de la multiplicación de los panes.
«Jesús se preocupa mucho por nosotros y Él quiere que hoy en el Evangelio se multipliquen los panes y los pescados. Y hoy quiere también Jesús que multipliquemos la alegría«, «Y nosotros, todos somos alegres», aseguró el Arzobispo. Y explicó los tres motivos principales de la alegría de los que siguen a Jesús:
- «Aunque haya problemas, yo tengo la alegría en el corazón de que Dios me ama«.
- Segundo, Dios nos perdona siempre y eso también es motivo de alegría».
- «Y la tercera alegría que tenemos en el corazón es que Dios quiere que seamos hermanos, Dios sabe que nos necesitamos, nadie puede sólo».
Y finalmente les dejó una tarea a todos los niños: «Seguro todos conocemos a alguien que está triste, vamos a pedir en esta Misa por esa persona y esta semana, no pueden pasar más de cuatro cinco días, tenemos que comunicarnos con esa persona, tenemos que llamarla, tenemos que mandarle un mensajito, tenemos que visitarla y decirle: ‘Te vengo a traer la alegría de Jesús´”.
La alegría de Jesús es contagiosa
La misa Arquidiocesana de Niños es una de las múltiples propuestas que acerca la Vicaría de Niños, además del material para las misas parroquiales, la celebración de Pentecostés por decanatos, la Peregrinación mariana infantil de cada Vicaría zonal.
Al finalizar la Eucaristía, el Arzobispo agradeció a todos los que participaron de la propuesta de la Vicaría de Niños e invitó a los adultos a «dejarse contagiar por la alegría y el entusiasmo de los niños» al estar cerca de Jesús.
