Cada 21 de noviembre se celebra en Argentina el Día de la Enfermería, una fecha que invita a reconocer el esfuerzo y dedicación de quienes hacen de esta profesión un verdadero acto de amor al prójimo. Este año, el Hospital Muñiz fue el escenario de una emotiva misa presidida por el Arzobispo Mons. Jorge García Cuerva, en la que se destacó la labor de los enfermeros y enfermeras como el corazón del cuidado en la salud.
La ceremonia reunió a médicos, colaboradores, personal administrativo y, por supuesto, a los protagonistas de esta jornada: los enfermeros. Durante su mensaje, el Arzobispo resaltó la importancia de la empatía, el buen trato y el acompañamiento constante que brindan estos profesionales, muchas veces enfrentando desafíos emocionales y físicos que trascienden lo laboral. «Ellos están siempre al lado del paciente, con una cercanía que va más allá de lo médico», destacó un testimonio durante el evento.
El Hospital Muñiz, conocido por atender a los sectores más vulnerables de la sociedad, es un emblema de inclusión y cuidado integral. Allí, enfermeros y enfermeras no solo atienden las dolencias físicas de los pacientes, sino que también escuchan, apoyan y comparten momentos que humanizan el acto de curar.
La jornada fue un recordatorio de que la enfermería es mucho más que una profesión: es una vocación que transforma vidas, y en un contexto desafiante como el actual, su entrega merece no solo nuestro reconocimiento, sino también nuestro apoyo incondicional.