En un clima de profunda solemnidad y alegría, se vivió la Pre-Vigilia en el Jubileo de los Jóvenes que se realizó en Tor Vergata. Cerca de un millón de peregrinos se acercaron desde las 14hs a este sitio que se encuentra a diecisiete kilómetros del Vaticano, en una calurosa tarde de Roma.

La previa a una gran fiesta

Distintos jóvenes compartieron sus testimonios mientras la tarde corría y el predio se llenaba de peregrinos que llegaban. También se leyeron reflexiones de San Agustín de Hipona, Santa Teresa de Ávila y de Mons. Luigi Giussani, que tuvieron como propósito seguir profundizando en temas como la amistad, el coraje en el actuar, la oración y espiritualidad.

Amistad, coraje y oración

Antes de la llegada del Papa, los jóvenes compartieron tres momentos, sobre la amistad en Cristo, el coraje al actuar y la espiritualidad y oración, acompañados por la música en vivo de grupos como Hakuna, Matt Maher, The Sun, Reale, Missionario Shalom y Thiago Brado.

En palabras de Mons. L. Giussani, “Amigo es la palabra más importante que un hombre pueda decir a otro hombre, el apelativo más profundo, más rico, más secreto”. Y así lo llama a Jesús el joven francés de 19 años, Antoine Saint-Clare, “Esta amistad con Él, esta luz que ilumina todo, hoy es mi mayor alegría compartirla y conocerla siempre más, para que, como yo y muchos de nosotros, el mundo pueda conocer la verdadera felicidad”.

“Me decía a mí mismo: ‘Vamos, ahora, ahora es el momento de actuar; en palabras yo estaba encaminado hacia la decisión y casi estaba a punto de actuar, y no actuaba”, reflexionaba San Agustín en el libro VIII de Confesiones. Asimismo, en un momento crucial de su vida, la joven médica de Nápoles, Olimpia, se animó a tomar una importante decisión: “En mi corazón hice esta oración: ‘Muéstrame, Señor, tu voluntad para mi’. En ese momento me susurró al oído un médico llamado Mattia: ‘El Señor te eligió para amar’”, recuerda Olimpia sobre el momento en el que dio su Sí a la vocación al amor.

Santa Teresa de Ávila decía que “La oración no es para mí otra cosa que una intimidad de amistad, un frecuente estar a solas con Aquel de quien sabemos que somos amados”. Del mismo modo, José Manuel Ferreira Araújo, un joven universitario brasilero, a partir del compromiso con una Hora Santa semanal en la capilla de Adoración Perpetua, “Encontré un lugar de serenidad y silencio en una vida agitada e inquieta”, expresó.

La tarde que dio paso a la Vigilia

La tarde caía, las banderas de distintos países flameaban por los aires y el color de la fiesta cada vez se notaba más. Fue allí cuando el Papa León XIV sobrevoló el espacio aéreo y aterrizó en helicóptero generando algarabía entre los jóvenes que estaban más cerca. Ya en el Papamóvil el Santo Padre se trasladó por todo el predio saludando a los peregrinos que con alegría y gran emoción lo saludaban.