La Familia de Schoenstatt celebró su Misa anual de la Alianza de Amor, presidida por el arzobispo Mons. García Cuerva. Este encuentro congregó a los miembros de los santuarios de Belgrano y Recoleta en Buenos Aires, y es una tradición especial que se realiza el 18 de noviembre, día en que se renueva la consagración a la Virgen María, núcleo de la espiritualidad de Schoenstatt.
Este año resulta especialmente significativo por varios aniversarios: se cumplen 75 años de la campaña de la Virgen Peregrina, iniciativa que lleva la imagen de la Virgen de casa en casa, y se celebran 60 años del cierre del Concilio Vaticano II.
El padre José María Iturrería, capellán de la Fundación Mater Ter Admirable, explicó la historia del cáliz del padre Kentenich, fundador del movimiento, que fue regalado al papa Pablo VI . Luego, explicó cómo pasó a Monseñor Quarracino quien fue arzobispo de Buenos Aires de 1990 a 1998. Este cáliz simboliza el compromiso de Schoenstatt con la Iglesia y el Concilio, y este año el arzobispo García Cuerva lo utilizó en la Santa Misa.
Durante la homilía, el arzobispo llamó a renovar con memoria agradecida cada vez que María nos visitó. También animó a la misión, destacando la importancia de llevar la imagen peregrina y el mensaje de María a los hogares, con respeto, alegría y compromiso. La Virgen viene para quedarse, para acompañar y animar la vida de las personas.
