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Papa Francisco: Solemnidad de María Santísima

por Justina Kleine
El Papa celebra la Solemnidad de María Santísima

En el primer día del año, el Papa Francisco celebró la misa en la Solemnidad de María Santísima y la 57° Jornada Mundial de la Paz en la Basílica de San Pedro. El inicio de un nuevo tiempo unidos como Iglesia en los brazos de la Madre de Dios.

Alrededor de 700 fieles compartieron con el Papa en la Basílica de San Pedro, allí comenzó explicando el significado de la expresión «plenitud del tiempo», pues antiguamente el inicio y final de un tiempo se medía según cómo se iban llenando unas ánforas hasta el borde: «cuando el ánfora de la historia está colmada, la gracia divina desborda; así pues, Dios se hace hombre y lo hace en el signo de una mujer: María».

Un giro a la historia

Sentado en la sede central de la Basílica, Francisco se expresó con ternura sobre la Virgen: «Dios se ha complacido de dar un giro a la historia por medio de María, la mujer«. El Pontífice remitió a los orígenes del génesis, en esta ocasión para referirse a un nuevo comienzo: «Al principio del tiempo de la salvación está la Madre de Dios, nuestra Madre Santa.»

La imagen de la madre con el niño en brazos es el centro de la Solemnidad: «Madre de Dios: son pocas las palabras para confesar la alianza eterna del Señor con nosotros; Madre de Dios: es un dogma de fe, pero también un dogma de esperanza; Dios en el hombre y el hombre en Dios, para siempre».

El Papa recordó que la Santísima Virgen estuvo presente en los momentos más importante y centrales: «El Espíritu Santo desciende sobre ella en la anunciación, después, en los inicios de la Iglesia, desciende sobre los apóstoles reunidos en oración con María la Madre», y agregó: «Ella ha hecho hermano nuestro al Señor y ha permitido el Espíritu que clame en nuestros corazones «Abba»: «Papá».

La mujer en la Iglesia

Francisco rescató el valor de la femineidad con un llamado a la Iglesia a «redescubrir su propio rostro femenino, para asemejarse más a ella que, como mujer, Virgen y Madre, representa su modelo y su figura perfecta; para dar espacio a las mujeres y para ser generativa a través de una pastoral hecha de cuidado y solicitud, de paciencia y valentía materna”.

En el don de la maternidad de las mujeres, el Pontífice resaltó: «es necesario mirar a las madres y a las mujeres para encontrar la paz, para escapar de las espirales de violencia y odio, y volver a tener miradas humanas y corazones que ven». En este, «nuestro tiempo vacío de paz, necesita de una Madre que vuelva a reunir a la familia humana”.

La 57° Jornada Mundial por la Paz

En la Jornada Mundial por la Paz, Francisco rescató el rol pacificador de la Madre de Dios e invitó a mirarla «para ser constructores de unidad, y hagámoslo con su creatividad de Madre, que cuida de sus hijos, los congrega y los consuela, escucha sus penas y enjuga sus lágrimas”. Con una voz llena de ternura dijo: “Así es la mamá”, ¡con qué ternura nos cuida y está cerca de nosotros! Ella nos cuida y está cerca de nosotros”.

El Pontífice concluyó su homilía con un deseo para toda la Iglesia que peregrina en este mundo: «que este año esté lleno de la consolación del Señor; que este año esté colmado de la ternura materna de María, la Santa Madre de Dios” y junto a todos los fieles presentes, proclamaron a una sola voz: ¡Santa María, Madre de Dios!

María Madre de Dios

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