Nuestra Señora de la Consolación está a cargo de la Orden de Agustinos Recoletos. Allí reside la Vicaría Argentina de la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de la Orden.
La parroquia Nuestra Señora de la Consolación tuvo su decreto de erección el 12 de octubre de 1928 y fue firmado por Monseñor Botaro en ese momento se denominaba Mater Consolationis. En ese momento la Congregación compró dos propiedades donde hoy se alza la iglesia. En un principio adaptaron una como capilla y la otra como casa parroquial.
El templo actual fue construido mucho después por León Valli. Sus dimensiones 47 metros de largo por 17 de ancho y 11 de alto. La primera piedra fue bendecida por el Cardenal Santiago Luis Copello el 16 de septiembre de 1939 y pudo ser bendecido por el mismo cardenal Copello el 10 de mayo de 1941.
Al menos desde el siglo XVII, “Madre de Consolación” o “Madre de la Correa” es el título principal con que la Orden agustiniana honra a la Virgen. En 1439 obtuvo la facultad de erigir para los laicos la “cofradía de la cintura”. Una antigua leyenda, nacida en el seno de la Orden, narraba que la Virgen se había aparecido a santa Mónica, afligida por la suerte de Agustín, consolándola y dándole una correa, la misma con que después se habrían de ceñir Agustín y sus frailes.
De ordinario, la iconografía representa a la Virgen y al Niño en el acto de entregar sendas correas, respectivamente, a santa Mónica y a san Agustín. En 1495 surgió en la iglesia agustiniana de Bolonia la cofradía de “Santa María de la Consolación”. En 1575 ambas cofradías se fusionaron en una única archicofradía de la Correa, a la que los papas enriquecieron con abundancia de indulgencias. La protección de Nuestra Señora de la Consolación nos dará serenidad y consuelo en las pruebas para poder también nosotros consolar a nuestros hermanos.