El sábado 15 de noviembre desde las 11:00 hs se celebró la Santa Misa con los cadetes de la Policía de la ciudad. En la Catedral Metropolitana presidió la Eucaristía Mons. García Cuerva quien, a la luz del Evangelio, mencionó: “Hoy en el Evangelio nos dice que al ver a la multitud Jesús se subió a una montaña y les dio este hermoso discurso que se llama de las bienaventuranzas”.
La mirada de Jesús
“Jesús primero, ‘Ve a la multitud.’ Y Jesús tiene una mirada profunda. Jesús tiene una mirada que llega a lo más íntimo del corazón. Delante de Jesús no valen las caretas. Delante de Jesús no nos podemos esconder, pero eso no nos tiene que dar ni miedo ni angustia porque Dios nos mira con amor” subrayó luego y agregó: “De Dios no nos tenemos que esconder, que delante de él nos podemos mostrar con toda nuestra vida, con nuestros talentos y también con nuestras fragilidades, que delante de Dios le podemos presentar nuestro sufrimiento, nuestros dolores, nuestros fracasos.”
Luego dijo: “Dios nos ama tanto que cuando mira nuestro corazón no se escandaliza, no se espanta, no se enoja, sino que al contrario nos sigue amando”. Y añadió: “Dios nos mira con amor. Por favor, nunca dudes de cuánto Dios te ama y que esa mirada de Dios no es una mirada tipo rayo láser que te va a lastimar. Es una mirada profunda, pero llena de misericordia y de compasión”.
“’Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos.’¿Y qué es tener alma de pobre? Alma de pobre es reconocer que nadie puede solo en la vida, que nos necesitamos, que podemos pedir ayuda” dijo al recordar una Bienaventuranza y siguió: “’Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.’ Y uno puede decir, ‘Bueno, padre, pero Argentina no está en guerra.’ Pero es que a veces estamos en guerra en el propio corazón. A veces estamos en guerra en nuestra propia vida”.
Cristianos comprometidos por los demás
“Felices los afligidos porque serán consolados. A veces tenemos mucha angustia y mucha tristeza en el corazón y decimos, ‘No doy más.’ Y hoy Jesús me dice, ‘Felices porque serán consolados.’ ¿Y saben qué nos dice esto? Porque hoy nos regala el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es la fuerza y el amor de Dios que viene a nuestros corazones” destacó reflexionando sobre el Evangelio después.
Para concluir sentenció: “No queremos ser cristianos pecho frío. Queremos ser cristianos que se juegan por los demás. Cristianos que viven la vida con intensidad, que no vivimos de brazos caídos, desesperanzados, creyendo que todo está perdido. Que Dios los bendiga mucho y que sean muy pero muy felices de la mano de Jesús, nuestro mejor amigo. Amén”.
