En la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, desde las 9:30hs, se realizó la Santa Misa por el Inicio del Ministerio Petrino del Papa León XIV. En un clima de solemnidad y gratitud se celebró la Eucaristía que estuvo presidida por Mons. García Cuerva quien, a la luz del Evangelio, destacó: “`En esto reconocerán que ustedes son mis discípulos, en el amor que se tengan los unos a los otros´. Con estas palabras Jesús afirma que la identidad de los cristianos no consiste sólo en la confesión de una doctrina sino principalmente en vivir el mandamiento nuevo que hoy nos regala: amarse los unos a los otros como Él nos amó”.
El mandamiento del amor
Luego agregó: “Será por eso que Juliano, el apóstata, un emperador del siglo IV y muy contrario a los cristianos, sin embargo, reconociera sorprendido cómo se amaban los seguidores de Jesús: “Es una vergüenza para nosotros ver cómo los galileos no ejercen la misericordia sólo con los que comparten su fe, sino también con los que rinden adoración a los ídolos”. Es decir, a Juliano le llamaba la atención que además de amarse entre ellos, los cristianos también amaban a los que tenían otras ideas”
Además mencionó: “El filósofo griego Celso, en el siglo II, también muy contrario al cristianismo, llegó a afirmar; `Recogiendo a gente ignorante, que pertenece a la población más vil, los cristianos desprecian los honores y la púrpura, y llegan hasta llamarse indistintamente hermanos y hermanas´¿Se podrá decir lo mismo de nosotros?”
Un pedido de paz
También subrayó: “Por eso desde el primer momento el Papa León XIV nos animó a que, sin miedo, unidos, tomados de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. Porque, aunque vivamos geográficamente lejos de los focos de conflictos bélicos, las guerras comienzan en el propio corazón, y cada uno de nosotros puede ser o no artífice de paz en la realidad concreta y cotidiana. El Santo Padre, lo expresó claramente en el encuentro con los representantes de los medios de comunicación: La paz comienza por cada uno de nosotros, por el modo en el que miramos a los demás, escuchamos a los demás, hablamos de los demás; y, en este sentido, el modo en que comunicamos tiene una importancia fundamental; debemos decir “no” a la guerra de las palabras y de las imágenes”
También enfatizó: “En estos pocos días León XIV se ha transformado en un apóstol de la paz, en un faro en medio de las oscuridades de la violencia y de los enfrentamientos constantes, en medio de las penumbras de las descalificaciones y la intolerancia. Por eso el Papa nos está animando a todos, como lo hizo su predecesor, a forjar la cultura del encuentro frente a la cultura de la indiferencia”.
Redescubrirnos hermanos
Luego agregó: “Es urgente la amistad social, redescubrirnos hermanos, algo tan audaz en este tiempo, porque va claramente en contra de una tendencia marcada por un individualismo, que genera soledad y muchas formas de descarte. Y como lo expresaba el querido y recordado Francisco, esta es una situación de la que es imposible salir por nuestras propias fuerzas; la humanidad siempre ha experimentado que nadie puede salvarse sólo”.
Además dijo: “Hoy le pedimos al Señor que haga nuevos nuestros corazones para que podamos ser reconocidos como seguidores de Cristo por nuestro testimonio y coherencia en vivir el amor fraternal, y hacerlo como Él nos amó, porque su amor es servicial, liberador, universal, incondicional”.
Para concluir subrayó: “Rezamos hoy especialmente por el Papa León XIV que inicia su ministerio petrino, le pedimos a Dios le conceda muchos años, y que sea un valiente testigo del amor de Jesús, que su voz profética siga clamando por la paz y la justicia, y que toda la Iglesia se comprometa a acompañarlo, convencidos que el mensaje del Evangelio es la fuerza de transforma el mundo”.
Homilía Mons. García Cuerva por el inicio del Ministerio Petrino del Papa León XIV
“En esto reconocerán que ustedes son mis discípulos, en el amor que se tengan los unos a los otros”1 . Con estas palabras Jesús afirma que la identidad de los cristianos no consiste sólo en la confesión de una doctrina o el cumplimiento de ritos y normas, sino principalmente en vivir el mandamiento nuevo que hoy nos regala: amarse los unos a los otros como Él nos amó.
Será por eso que Juliano, el apóstata, un emperador del siglo IV y muy contrario a los cristianos, sin embargo, reconociera sorprendido cómo se amaban los seguidores de Jesús: “Es una vergüenza para nosotros ver cómo los galileos no ejercen la misericordia sólo con los que comparten su fe, sino también con los que rinden adoración a los ídolos”2 . Es decir, a Juliano le llamaba la atención que además de amarse entre ellos, los cristianos también amaban a los que tenían otras ideas, otras costumbres y creían en otros dioses. Hoy, que ya nos resulta muy difícil vivir la misericordia entre nosotros, ¡Cuánto más con los distintos!
El filósofo griego Celso, en el siglo II, también muy contrario al cristianismo, llegó a afirmar: «Recogiendo a gente ignorante, que pertenece a la población más vil, los cristianos desprecian los honores y la púrpura, y llegan hasta llamarse indistintamente hermanos y hermanas»3
¿Se podrá decir lo mismo de nosotros?, ¿acaso seremos capaces de amarnos los unos a los otros como Él nos amó, y tratarnos como hermanos?, ¿podremos llamar la atención de quienes nos vean por cómo nos queremos, por cómo construimos fraternidad, por cómo nos perdonamos y nos jugamos la vida por el Evangelio?
Por eso desde el primer momento el Papa León XIV nos animó a que, sin miedo, unidos, tomados de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita su luz. La humanidad lo necesita como puente para ser alcanzada por Dios y por su amor. Ayúdennos también ustedes, luego ayúdense unos a otros a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz.4
Porque, aunque vivamos geográficamente lejos de los focos de conflictos bélicos, las guerras comienzan en el propio corazón, y cada uno de nosotros puede ser o no artífice de paz en la realidad concreta y cotidiana. El Santo Padre, lo expresó claramente en el encuentro con los representantes de los medios de comunicación: La paz comienza por cada uno de nosotros, por el modo en el que miramos a los demás, escuchamos a los demás, hablamos de los demás; y, en este sentido, el modo en que comunicamos tiene una importancia fundamental; debemos decir “no” a la guerra de las palabras y de las imágenes.5
En estos pocos días León XIV se ha transformado en un apóstol de la paz, en un faro en medio de las oscuridades de la violencia y de los enfrentamientos constantes, en medio de las penumbras de las descalificaciones y la intolerancia.
Por eso el Papa nos está animando a todos, como lo hizo su predecesor, a forjar la cultura del encuentro frente a la cultura de la indiferencia. Y aquí, si me permiten, recordar una noticia de la semana pasada, un ejemplo crudo y brutal que simbólicamente expresa esa indiferencia lacerante y cruel: la imagen de una señora fallecida en el piso de un casino de la provincia de Buenos Aires, mientras otras personas continuaban frenéticamente apostando en las máquinas de juego.
Es urgente la amistad social, redescubrirnos hermanos, algo tan audaz en este tiempo, porque va claramente en contra de una tendencia marcada por un individualismo, que genera soledad y muchas formas de descarte. Y como lo expresaba el querido y recordado Francisco, esta es una situación de la que es imposible salir por nuestras propias fuerzas; la humanidad siempre ha experimentado que nadie puede salvarse sólo. 6
Por eso el autor del Apocalipsis en la segunda lectura nos anima en la esperanza cuando describe la visión de un cielo y una tierra nueva, donde Dios habitará con ellos y ellos serán su pueblo, donde Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó. Y termina diciendo que Dios hace nuevas todas las cosas.7
Hoy le pedimos al Señor que haga nuevos nuestros corazones para que podamos ser reconocidos como seguidores de Cristo por nuestro testimonio y coherencia en vivir el amor fraternal, y hacerlo como Él nos amó, porque su amor es servicial, liberador, universal, incondicional.
El Santo Padre tomó su nombre recordando al Papa León XIII; nos dijo: Hay varias razones, pero la principal es porque el Papa León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial y hoy la Iglesia ofrece a todos, su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo. 8 Justamente aquella encíclica, hacia el final, propone a la caridad como remedio en un mundo enfermo de odio y egoísmo: la ansiada solución se ha de esperar principalmente de una gran efusión de la caridad, de la caridad cristiana entendemos, que sintetiza en sí toda la ley del Evangelio, y que, dispuesta en todo momento a entregarse por el bien de los demás, es el antídoto más seguro contra la ruina y el egoísmo del mundo. 9
Rezamos hoy especialmente por el Papa León XIV que inicia su ministerio petrino, le pedimos a Dios le conceda muchos años, y que sea un valiente testigo del amor de Jesús, que su voz profética siga clamando por la paz y la justicia, y que toda la Iglesia se comprometa a acompañarlo, convencidos que el mensaje del Evangelio es la fuerza de transforma el mundo.
Monseñor Jorge Ignacio García Cuerva
Arzobispo de Buenos Aires
18 de mayo 2025
1 Juan 13, 35
2 JULIANO, Contra los galileos, 39 A-224 D (selección), traducción de GARCÍA BLANCO, José y JIMÉNEZ GAZAPO, Pilar, Madrid 1981
3 CELSO, Discurso verdadero contra los cristianos, Madrid 1988
4 LEÓN XIV, Bendición apostólica “Urbi et orbi», primer saludo; Ciudad del Vaticano 2025 5 LEÓN XIV, Audiencia a los representantes de los medios de comunicación, Ciudad del Vaticano 2025
6 Cfr FRANCISCO, Mensaje firmado por el cardenal secretario de estado Pietro Parolin, con ocasión del XLIV meeting para la amistad entre los pueblos, Rímini 2023
7 Cfr Apocalipsis 21, 3-5
8 LEÓN XIV, Discurso al Colegio cardenalicio, Ciudad del Vaticano 2025
9 LEÓN XIII, Encíclica Rerum Novarum 41, Ciudad del Vaticano 1891