El Santuario de San Cayetano en Liniers es un lugar emblemático para el legado del Papa Francisco, donde su presencia dejó una huella imborrable. En una entrevista exclusiva con Gabriela Laschera, el padre Lucas Arguimbau, rector del santuario, compartió recuerdos, anécdotas y el sentir de la comunidad ante la partida del pontífice argentino.

Un vínculo especial con el Papa Francisco

Gabriela recordó que Jorge Bergoglio, antes de ser Papa, visitaba el santuario con frecuencia y sin previo aviso, como un peregrino más, porque “era su casa”. Esta cercanía silenciosa y humilde marcó la relación del futuro pontífice con San Cayetano, un lugar abierto a todos, especialmente a los más necesitados y adoloridos.

“Si bien uno había visto que estaba enfermo y que había, eh, habiéndolo visto en Pascua, es como que uno siente que hoy nos agarró por sorpresa”, reconoció el padre Arguimbau sobre la noticia del fallecimiento del Papa. Y aseguró que la presencia de Francisco entre la gente, incluso en momentos difíciles, fue un gesto que quedó grabado en la memoria de quienes lo acompañaron.

Misericordia y acogida: el legado vivo en San Cayetano

El santuario es reconocido por ser un “hospital de campaña” espiritual, donde nadie se siente juzgado y todos encuentran perdón y consuelo. El padre Arguimbau destacó que esta experiencia de misericordia es el sello que el Papa Francisco dejó en la comunidad: “Acá puede venir cualquiera y nadie se va sin ser perdonado”.

Este mensaje de inclusión y amor incondicional atrajo a muchas personas que, quizás alejadas de la Iglesia, encontraron en San Cayetano un refugio y una esperanza renovada. El padre Lucas destacó que una de las enseñanzas del Papa Francisco fue que la misericordia «no es un premio para los buenos, sino una medicina para todos nosotros que necesitamos seguir caminando», y manifestó «Es una marca muy fuerte y que ojalá que nunca lo perdamos«.

Recuerdos personales y la cercanía pastoral del Papa

El padre Arguimbau compartió también anécdotas sobre la relación directa que tuvo con Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires. Relató que en tiempo de Bergoglio como cardenal, visitaba a los seminaristas, respondía llamadas a primeras horas de la mañana y mantenía un contacto cercano y atento con los sacerdotes, siempre dispuesto a escuchar y aconsejar.

“Tenía una memoria increíble y se acordaba de todo”, afirmó el padre, resaltando la sencillez y humildad que caracterizaban al Papa en su trato cotidiano. Estas vivencias personales reflejan el estilo pastoral de Francisco, que fue y sigue siendo un ejemplo para toda la Iglesia.

La comunidad de San Cayetano ante la partida del Papa

La partida del Papa Francisco ha generado en la comunidad de San Cayetano un profundo sentimiento de pérdida, pero también de gratitud y esperanza. En el santuario, una imagen del pontífice preside las misas y se convierte en un símbolo de su legado y de la continuidad del camino que él trazó.

El padre Arguimbau señaló que la comunidad está viviendo estos días con oraciones, silencios y lágrimas, conscientes de la magnitud del impacto que tuvo Francisco como “el Papa de los pobres” y como un pastor cercano a todos. La invitación es a seguir madurando su mensaje y a mantener vivo el compromiso de una Iglesia en salida, solidaria y misericordiosa.

El Santuario de San Cayetano de Liniers, con su historia y su gente, es testigo del paso de un pastor que supo encarnar la misericordia y la cercanía con los más humildes. En este tiempo de despedida, la comunidad renueva su fe y su compromiso, inspirada por el ejemplo del Papa Francisco, un hermano en la fe que siempre caminó junto a su pueblo.