En el programa Poliedro, emitido por la señal de Canal Orbe 21 la conductora Gabriela Laschera dialogó con el padre Carlos Galli sobre el significado espiritual e histórico del magisterio del Papa Francisco. En el marco de la comunicación, abordaron en la entrevista gestos concretos que el Papa ha tenido en su pontificado y cómo los ha llevado a cabo. 

El P. Galli rescató  la capacidad de Francisco para hablar con gestos, comunicar esperanza y construir una Iglesia sinodal, de periferias, con mirada sur-global. En este tiempo de sede vacante, la figura del Papa argentino se engrandece como uno de los grandes pastores de nuestro tiempo, y su legado queda como semilla activa en el corazón del pueblo creyente.

Un Papa cercano 

«Primero que Francisco ha sido un papá, pastor, claro, esto uno debería darlo por supuesto, es el obispo de Roma, es el pastor de todos, pero los rasgos pastorales del Papa Francisco, tanto en la capacidad de comunicación por la palabra. En segundo lugar, su pertenencia a la iglesia de América Latina. En América Latina están los dos países con mayor población católica del mundo, Brasil y México. Es un subcontinente con mayoría cristiana, pero al mismo tiempo es la única región del mundo con una tradición católica manifiesta en su piedad popular. En tercer lugar señaló algunas de las enseñanzas del magisterio de Francisco en sus distintas encíclicas y exhortaciones, básicamente el mover a la iglesia a vivir en salida misionera porque su misión es evangelizar, estar con todos para compartir la alegría del evangelio».

«Uno es que ha querido ser el Papa de todos, podemos decir, su actitud incluyente, esto a los jóvenes les llama mucho la atención, el no querer dejar afuera a nadie. En segundo lugar, muchos jóvenes europeos que viven el temor que surge de la guerra en Ucrania, el tema del compromiso del Papa con la paz. Y en tercer lugar, algo que hemos recibido de los jóvenes en los últimos 25 años, la inquietud por el cuidado del planeta o lo que el Papa ha llamado el cuidado de la casa común. El mismo Bergoglio, ya siendo papa, dijo: `Yo descubrí la importancia pastoral del cuidado del mundo, de la casa común, en Aparecida´”.

Un líder 

«Si uno mira al Papa como jefe de estado puede hablar de geopolítica y entonces su interés por el bien común del mundo, especialmente por la paz, pero si uno lo ve y lo que es sobre todo como sucesor de Pedro, como uno de los que hace presente a Jesús, no voy a decir el único vicario de Cristo, los obispos son vicarios de Cristo, los cristianos debemos ser otros Cristos, pero si uno lo ve como el pastor en la Iglesia Católica, uno debe hablar, a mi juicio, de geopastoral, es decir, con qué mirada él enfrenta los problemas religiosos y pastorales del mundo entero y cómo la iglesia de Roma no pretende centralizar la dirección de todas las iglesias sino prestar un servicio a una iglesia cada vez más universal, más intercultural, más descentralizada«.

«A mí me gusta decir que la Iglesia del tercer milenio, por supuesto, debe seguir reconociendo al Papa como el que nos confirma en la fe y el que debe guiarnos o servir con el amor a todos, pero debe ser cada vez más una iglesia polifónica, una iglesia poliédrica – ustedes son poliedros – una iglesia muy unida y al mismo tiempo muy variada con los rostros de las iglesias de todas las culturas».

El espíritu es el que guía 

«Si conoceremos las fallas de Bergoglio, las conocemos, o sus límites o sus preferencias, claro que lo conocemos, pero al mismo tiempo hemos visto como él y los papas anteriores, pero ahora hablamos de él, se han dejado guiar por el espíritu de Dios. Lo que él dijo de Juan XXIII que fue un conductor conducido por el Espíritu y por eso convocó al Concilio Vaticano Segundo que es la gran fuente de renovación».

«No es una mera cuestión geográfica, es una cuestión geopastoral, como dijiste antes, es una cuestión que tiene que ver con la universalidad de la iglesia en las distintas culturas y con el crecimiento de la Iglesia Católica en los últimos 15 años que ha crecido en 200 millones de bautizados católicos, pero la inmensa mayoría está en el sur del mundo».

«Ojalá para mí sea un papa del sur que se llame, y no pongo un solo nombre, o Francisco Segundo o Juan 24 o Pablo VI, ojalá, ojalá sea del sur, pero si no es del sur, al menos que sea sensible para mirar a todo el mundo y a toda la iglesia con los ojos de las periferias del sur».