Una de las prioridades que nos deja el Sínodo es la Animación litúrgica. Significa alentar a que cada comunidad despliegue un nuevo esfuerzo para crecer en la animación de la celebración litúrgica, para alcanzar una liturgia viva que evidencie la Eucaristía como encuentro gozoso y festivo, y ser comunidades que renuevan el asombro ante el misterio, acogen el don de la comunión fraterna y nutren la misión. Buscamos ser comunidades que acompañan en las distintas etapas y acontecimientos de la vida acercando la gracia del misterio pascual; comunidades que convocan y acogen a quienes se acercan a nuestras celebraciones, ofreciendo un itinerario de maduración que nos ayude a encontrarnos con Jesús y que culmine en la experiencia silenciosa de lo sagrado, que desemboca en sanación, santidad y misión.
Conversamos con Javier Moyano, de la parroquia Jesús Sacramentado, quien nos cuenta cómo su llegada desde Jujuy y su vocación misionera se encontraron en el servicio.