El cura Brochero cruzó las sierras cordobesas para llevar a Jesús a quienes no lo conocían. Pero no solo hizo eso. También construyó escuelas y parroquias, abrió 200 kilómetros de caminos a lomo de mula y pala y desvió el agua para cultivar la tierra. Fue un «pastor con olor a oveja» que trabajó para lograr el bien común, “para salvar las almas” es el modelo de sacerdote para el clero argentino y para la Iglesia toda. Los invitamos, tan cerquita de su fiesta, el próximo 16 de marzo, a recorrer nuevamente su tierra, su casa con Matías Bocca.
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