La comunidad de la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza recibió a su nuevo párroco, el padre Claudio Uassouf, con una celebración de la Santa Misa presidida por el Arzobispo García Cuerva. «Las bienaventuranzas son el corazón del Evangelio, porque en pocas palabras Jesús nos dice las cosas más importantes. Será por eso que antes de pronunciar las Bienaventuranzas Jesús estuvo rezando toda la noche y hablando con Dios. Los pobres, los que lloran, los que tienen hambre, los que son perseguidos se sienten necesitados, frágiles, desesperados, se sienten vulnerables, se dan cuenta que tienen que confiar en Dios» mencionó a la luz del Evangelio en inicio Pastoral de Claudio Uassouf en Ntra. Sra. de la Esperanza.
El camino pastoral del Padre Claudio Uassouf
El Padre Claudio Uassouf recibió el Orden Sagrado en diciembre de 1991. Sus primeros pasos en el ministerio fueron como vicario parroquial del Patrocinio de San José y luego en la parroquia de San Pantaleón. Desde 1999 a 2003 se desempeñó como Capellán Interno de Buen Pastor y desde 2003 a 2016 fue párroco en Ntra. Sra. de Luján Buen Viaje. En esta parroquia fue vicario y luego lo fue en la parroquia San Cayetano (B) de 2016 a 2018. También lo fue en la parroquia de San Benito Abad hasta 2019 y desde ese año hasta 2025 fue párroco en San Antonio de Padua (D).
Inicio pastoral
El padre Claudio Uassouf asumió como nuevo párroco de la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza. Frente a su familia, la comunidad y amigos que se hicieron presentes, se desarrolló la Santa Misa en un clima de comunión fraterna. También, acompañaron sacerdotes de la parroquia y de otras iglesias quienes celebraron este inicio pastoral del sacerdote en su ministerio como pastor.
Experimentar la fraternidad
Durante la Santa Misa, Mons. García Cuerva mencionó: «Me acuerdo cuando fui caminando el año pasado en la peregrinación de la Virgen del Milagro en Salta, los mineros se dan cuenta que son necesitados de Dios y en la mina cuando trabajan se dan cuenta que necesitan de los demás, porque es un trabajo de un equipo, de nadie solo y por eso me parecía que era importante poder decirnos hoy bienvenida a la fragilidad, bienvenida a la vulnerabilidad, bienvenida a nuestras pobrezas».
El Arzobispo luego mencionó a la comunidad «Las bienaventuranzas son el navegador que nos lleva a buen camino, creo que hoy ese es el mensaje que necesitamos como pueblo argentino. Entender que somos frágiles, que nos necesitamos, que nadie puede solo. Quizá el problema que estamos teniendo de tanta intolerancia y tanta violencia verbal es justamente que algunos se sienten perfectos».
Mons. García Cuerva se dirigió al nuevo Párroco y le dijo: «Querido padre Claudio este es tu pueblo, con el que seguramente irás construyendo fraternidad y unidad. Como hablamos antes, tenés un enorme desafío de ser un artesano, un artesano de la comunión, un artesano de que descubramos que nos necesitamos unos a otros y entonces nos busquemos».
