Mons. Jorge García Cuerva celebró la Santa Misa de la Cena del Señor en la parroquia San Enrique, en el barrio porteño de Liniers.
El Arzobispo de Buenos Aires presidió la Eucaristía y realizó el gesto del lavatorio de los pies en la comunidad de San Enrique donde invitó a todos a «dejarnos abrazar por Jesús, que nos ama mucho y quiere abrazar la fragilidad de nuestras vidas».
Con un clima muy familiar, y la iglesia repleta, dio inicio la celebración donde el coro parroquial de niños y toda la feligresía cantaba alegremente. Mons. Jorge, acompañado por el párroco Pbro. Esteban Sacchi, ingresaron al templo en procesión.
Durante la homilía, García Cuerva hizo énfasis en el mandamiento del amor que Jesús nos regala con el gesto del lavatorio de los pies. «Nos lava los pies a todos», dijo el Arzobispo, quien destacó que los pies representan nuestras debilidades, pero que «Jesús no pregunta por donde transitaron, no juzga; lo hace porque nos ama y le importa mirar hacia adelante».
«Dios quiere abrazar lo frágil. No escondamos nuestra fragilidad, mostrémosle a Jesús nuestra vida como esté», sostuvo. Además, Mons. Jorge planteó tres desafío que tenemos que enfrentar en nuestra vida cotidiana: «Encontrarnos, darle otra oportunidad a las personas, como nos la da Jesús. Aceptar la vida del otro, como viene; ser buenos con los demás. Y ponernos al servicio, desde abajo como lo hizo Jesús, no mirar a nadie desde arriba».
Luego de la homilía, el Arzobispo, imitando el gesto de Jesús, lavó los pies de algunos hombres de la comunidad, pero remarcó profundamente: «Ahora le voy a lavar los pies a personas que ya estaban seleccionadas, pero sintamos todos que Jesús nos lo hace a cada uno. Por eso, no tengamos vergüenza, dejemos que lo haga. Él nos ama como somos».