En el marco de la Pascua, la parroquia Resurrección del Señor celebró sus fiestas patronales. Allí celebró la Eucaristía Mons. García Cuerva, frente a una comunidad que se congregó para celebrar la Santa Misa en una noche cargada de emociones y fraternidad. A la luz del Evangelio el Arzobispo mencionó:
Vivir la resurrección
“Me parecía que una buena manera de empezar a vivir lo que significa la resurrección de Jesús es empezar a enfrentar los problemas porque es el primer paso para empezar a resolverlos. Quería poder invitarlos a tener la capacidad de enfrentar los problemas y no querer tapar las dificultades, sino empezar a encararlas”.
Siguiendo pronunció: “Pienso en que nosotros también debemos correr piedra en el corazón para poder recibir la buena noticia de la paz. Tendré que correr la piedra de bronca y de rencor. Correr la piedra de la desesperanza y de la tristeza. Tendré que correr la piedra del individualismo. Lo importante es correr la piedra, porque sólo ahí podremos volver a escuchar la voz de estos hombres blancos que decían «No busquen entre los muertos a quien está vivo a resucitar»”.
Experimentar el evangelio
Luego mencionó: “Vamos a pedirle a Dios que podamos experimentar un poco lo que les pasó a las mujeres, que nosotros también ya llegamos a la tumba con tristeza, llegamos a la tumba no queriendo tapar el mal olor, pero llegamos tapando problemas en la comunidad”.
También añadió: “Que sea una alegría que te desborde, una alegría que no nos dé miedo que nos traten de locos, pero que sea una alegría tan, tan fundada, que te da ganas de transformar el mundo, como lo hizo un pequeño grupo de mujeres hace dos mil años”.
Jesús está vivo
Para concluir subrayó: “Que el Señor te ha resucitado, toque nuestros corazones, nos ayude a empujar y sacar que más no pierdas, nos ayude a encarar los problemas que cada uno tenga en la vida y no taparlos, por sobre todo, que nos regale a todos el don de la alegría para poder transformar el mundo, porque Jesús está vivo, y el estado no va a desaparecer. Amén”.
